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Pasé los siguientes días reproduciendo en mi cabeza aquella charla que tuvimos con Tobías y se las conté como al pasar a las chicas, quienes me miraban contentas y me decían que estaba enamorado de mí. Aunque esa emocionalidad, positiva en esos momentos, se esfumaba de todas al ver a Tobías junto con Vanesa.

En clases no la pasaba de lo mejor, porque también teníamos la presión de los profesores y sus preguntas sofocantes de: cuál era la razón de nuestra pelea.

A pesar de que las nueve negáramos que estemos separadas era algo más que obvio, por lo que decidimos sentarnos en diferentes lugares, ellas del lado de la pared y nosotras del lado del pasillo.


–Estaría bueno que salgamos al otro boliche nuevo que abrieron– dijo Luciana.

–No podemos entrar nosotras– reí, indicándonos con el dedo a mí y a Lucía.

–Cierto, pendejas cumplan los dieciocho ya– comió pipas, pasándonos unas cuantas a nosotras. –Ahí está la baqueta(1), que fea que es–.

– ¿Qué? – preguntamos con Lucía desentendidas.

–La baqueta es Vanesa– explicó Romina –con Luci le pusimos ese apodo– indicó con la cabeza a Gloria, Paula, Vanesa y su prima también llamada Vanesa, que se encontraban sentadas en el patio bajo el sol.

Suspiré –pero ¿por qué no le decimos por su nombre? Se llama Vanesa–.

–Uy, defiende a su socia– Romina miró a Luciana.

–Mami, vos sos sus cuernos y seguro que si se entera te hace cagar– habló Luciana.

Negué y preferí no contestarle. Sí, puede ser todo eso que ellas dijeron. Que no me cae bien, que le tengo celos y hasta un poco de bronca me da que esté con Tobías.
Pero, ¡somos mujeres! Y si entre las mujeres no nos apoyamos, respetamos y amamos, nadie lo va a hacer por nosotras.

Continuamos hablando de otros temas sin demasiada importancia.

–Ay, chicas, ¡tengo un tema en mi cabeza y no sé cuál es! –.

Ellas tres me miraron sorprendidas – ¿cómo es? – preguntó Lu.

–Ay, es que se me va– reí –mmm– tarareé parte de la canción pero fue peor porque incluso yo me perdí –creo que la de shakira–.

–Uy, esta y sus canciones viejas. Vegana, dejá de joder– me habló Romina tomando Baggio.

–Dice algo así como: cuando te vea caminar lalala... es que no me sale–.

–No la escuché, Martu– dijo Lucía.

– ¡Sí, es la de Shakira! – saqué mi celular, buscando el tema y rogando que los datos móviles funcionaran esta vez –miren– reproduje el tema, sí, era la canción de Shakira: My hips don't lie. Miraba de re-ojo a Paula, que no apartaba su vista de donde nosotras estábamos.

–Hola Lucía, hola Romina, hola Luciana– pasó saludando Tobías –hola, Marti– me dio un beso en la mejilla –a ella sólo la saludo con un beso, sino se me enoja–.

¿Para qué dijiste eso, Tobías? Mis mejillas ardieron y las chicas empezaron a gritar: ¡te pusiste roja! ¡Saluda a su mina! Y cosas relacionadas.


A los dos días me contaron el por qué Vanesa, y las del b, nos miraban tan mal a nosotras. Todos ellos, o la mayoría del colegio, pensaban que la que salía con Tobías era Luciana, y de puta/zorra no la bajaban.

Ahora entiendo también por qué Alexandra se molestó mucho más con Luciana diciendo que no era buena amiga mía, y eso que ella apenas sólo sabía que me lo hice un par de veces y nada más. Pero me daba igual, era mejor para mí que pensaran cualquier cosa y que no se enteraran de la verdad. Creo lo que más miedo me daba era el rechazo que podría tener Tobías si todos superan de lo nuestro, y si le llegasen a preguntar.


Seguía pensando en hablar a Tobías, decirle que nos juntemos en un lugar y poder confesarle todo lo que sentía por él, y preguntarle si él también sentía eso por mí. Me moría por preguntarle tantas cosas aunque unas vocecitas me decían que deje de joder y pensar en eso, porque sea cual sea la contestación, estaba un noventa por cierto segura que no iba a soportar la respuesta.


(1) Término que se utiliza en diferentes zonas pero en Argentina, se aplica tanto a cosas como a personas, como sinónimo de gastado, usado o arruinado, referido a las mujeres que están muy gastadas por tener relaciones sexuales con muchos chicos, o ingerir alcohol, fumar o consumir drogas en exceso. Se enfatiza con el prefijo re-, como rebaqueteado, dándosele en la jerga juvenil el significado de destruido.

Lo que jamás dije.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora