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Para marzo comencé la universidad, yo quería ir porque buscaba contención.

Los primeros meses lo pasaba bien, me acostumbré demasiado a la famosa vida universitaria que es: estudiar, asistir a clases, leer, leer y leer.

Hice varias amigas, aunque tenía mejor relación con dos chicas solamente. El terror hacia salir sola y el miedo a estar sola con los hombres se iba aplacando pero ahí seguía.

A mitad de marzo me llamaron para testificar, por suerte era menor de edad y mi mamá debía pasar conmigo, así que mis nervios bajaron un poco. Le conté, era la única que recordaba incluso hasta los horarios en qué pasó todo.

- ¿Algo más? - preguntó el fiscal.

-Ah, un primo de él dijo que nos acompañaba a hacer la denuncia, dijo: que se cague por hijo de puta- miré a mi mamá.

Él siguió anotando -bien, con esto es suficiente para mí, falta esperar la testificación de la otra chica-.

-Bueno-

- ¿Siguen en contacto? - preguntó corrigiendo unos errores y se sentó derecho. - ¿Usted es amiga de...Manuel? -.

-Era- contesté con total seguridad y una punzada en mi corazón se hizo presente.


Dijeron que con mi testificación, iban a detener a Diego y tal vez a Manuel por tener drogas en su casa.

A los días me enteré que fueron a declarar Manuel, Fernando y Juan José en contra de Luciana, los tres afirmando que tuvieron relaciones sexuales con ella en esa noche, que estábamos demasiado borrachas y que Luci andaba entregándose a cualquier persona.

Dejé de hablarme con Juan José y tenía miedo de cruzármelo en la calle porque él quería que nos juntáramos para hablar.
Vi desde el Facebook de Fiorella que Manuel subió una foto con su papá y Fabio, donde comentaban que habían pasado una noche genial, ¿qué tiene Fabio en la cabeza? Sabiendo todo lo que le pasó a Luciana y volver a hablar con Manuel.
Lo mismo hicieron Fernando y Juan José, incluso meses después Tobías volvió a hablarse con ellos. O sea, me lo esperaba de algunos pero bueno, tiene coherencia defender a su amigo.


Yo me quedé como estancada y llena de miedos, que no salía sola ni a la vuelta. Luciana prefirió ignorar lo que le sucedió actuando de una manera que la lastimaba todavía peor, empezó a salir cada fin de semana: viernes y sábados, a bailar con diferentes amigas y tomaba hasta que no recordaba ni quién era. Aparte también conocía a varios hombres, en su mayoría mayores, para tener sexo con ellos y botarlos. Pero la veía mal y asustada.

Cerré mi Facebook antes de bloquear a Manuel.

Luciana se veía muy de vez en cuando con Fabio aunque terminó en una pelea en donde intervino Tobías. Resulta que ellos dos se convirtieron en mejores amigos y se juntaron varias veces a charlar compartiendo una cerveza.

En esos momentos todavía seguía enganchada con él, y Romina me decía que no confié tanto porque ella estaba segura que Tobías y Luciana habían tenido algo, por eso las peleas que Vanesa contaba por su Facebook o Instagram, diciendo que la puta de promo 16 andaba detrás de su novio.

No sabía en qué pensar, obvio me dolió pero esperaba que ella me lo contara si fuera cierto. Y es que todavía mi obsesión por Tobías daba vueltas.

¿Te cuento un secreto?
Todavía espero que nos crucemos en algún lado y él me diga que me ama más que a nada.
¿Te cuento otro?
Aún lo sigo amando.


Una vez salimos con Tobías y sus amigos, los dos se llamaban Julio pero a uno le decían Chino, quien era mi ex compañero de catequesis, y al otro Negro. Decían que por el momento ellos tres eran los mejores amigos.

Tobías nos presentó antes que ellos comiencen con las preguntas: -Martina, ella se droga- me indicó. -Luciana, ella no- respondió entre risas.

Fuimos a una plaza a fumar y tomar un poco de vino, nos sacamos fotos con Chino, muy gracioso y copado. Ese día estuvimos dando vueltas. Me arreglé muchísimo para lucir bonita delante de Tobías, para ver si todavía había algo.

Chino andaba muy pegado a mí, Negro detrás de Luciana. Tobías en un momento se dio media vuelta y tomó el camino para su casa, sin decirnos nada a ninguno, desapareciendo en el medio de la noche. Tan típico de él, no entiendo por qué me sorprendía si yo ya lo conocía.

Terminé acostándome con Chino, pasé una buena noche. Pensé que iba a tener buenos amigos de nuevo. Pero olvidaba que sí conocían a Manuel, y que seguro sabían una versión muy diferente a lo que pasó en verdad. Y me enteré también que Tobías dejó de hablarse con Chino durante un largo tiempo después de contarle qué pasó esa noche, ¿celos?

Tuvimos otra juntada solo los cuatro con Chino y Negro, aunque esta vez estaba tan borracha que terminé vomitando todo y temblando debido al dolor. Aunque ahora Luciana tuvo relaciones con Chino si bien Negro, Julio, quiso hacerlo conmigo le expliqué: a: estoy vomitando, b: me muero del dolor, c: no tengo ganas, d: te metiste primero con mi amiga, f: ¡por el momento sí tengo códigos!

Sabía que mi vida no estaba yendo como lo había imaginado. Necesitaba darme cuenta.

Volver y repetir de nuevo todo eso ya me estaba cansando.


Hablábamos por chat con Lucía, Luciana y Romina, y muy de vez en cuando recordábamos lo bien que lo pasamos el año anterior, omitiendo lo de Luciana por supuesto, pero ellas seguían llamándolos negros, o pija-chica, los clavos, y nos reímos de todas las veces que tomamos demasiado.

Todas nos burlábamos porque creo que ninguna lo había superado del todo.


Sigo pensando en los momentos de mi vida donde "era feliz y no me daba cuenta".

Las cosas cambian. Incluso los amigos que dicen estar para siempre, se alejan o se van. Dejándote sola.

Y en el medio de toda esta soledad, quise ser fuerte para poder ayudarlo.

Sé con certeza que es un gran chico.

Espero, aunque sea, haberle sacado algunas sonrisas. Hacerle saber que sólo merece felicidad en su vida.

Tuvimos nuestro lindo e instantáneo momento juntos. Donde me acompañó, me hizo la chica más feliz, me enseñó tantas cosas.

Lo lamento si te hice sentir mal en algún momento. Pero también debo decirte que me lastimabas mucho con tus mentiras, falsas promesas, engaños. Cambiaste...

Dolía ver cómo me ignorabas. Saber que no estabas ahí. Que nunca me hayas dicho lo que sentías por mí, Tobías.

Luché por tenerte conmigo. Rogué para que te quedaras cuando en realidad querías irte.

Tobías, siento mucho haberte dicho algunas cosas. Pero me duele más haber callado otras.

Lo que jamás dije.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora