Capítulo 51.

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Cuando regreso la Sra. Jones está inspeccionando el desastre en el vestíbulo y la señorita Prescott se ha unido al equipo de seguridad. Le tiendo las esposas a Sawyer, quién lentamente y con innecesario cuidado, ata las manos de Hyde detrás de su espalda. La Sra. Jones desaparece en la cocina y regresa con un kit de primero auxilios. Toma el brazo de Ryan, lo lleva al umbral del gran salón y comienza a ocuparse del corte encima de su ojo. Él se estremece mientras lo frota con una toallita antiséptica. Luego noto una arma en el suelo con un silenciador acoplado. ¡mierda! ¿Jack estaba armado? La bilis se eleva en mi garganta y lucho para bajarla.

S2: No toque Sra Vélez —dice Prescott cuando me doblo para recogerla. Sawyer vuelve de la oficina de Mauricio con guantes de látex.

S1: Me ocuparé de eso Sra Vélez —dice él.

Tn: ¿Es suya? —pregunto.

S3: Sí, señora —dice Ryan, estremeciéndose una vez más por la ayuda de la Sra. Jones. Ryan peleó con un hombre armado en mi casa. Me estremezco al pensamiento. Sawyer se dobla y cautelosamente recoge la arma.

Tn: ¿Deberías estar haciendo eso? —pregunto.

S1: El Sr Vélez lo esperaría, señora. —Sawyer desliza el arma en una bolsa plástica con cierre y luego se agacha para darle palmaditas a Jack. Hace una pausa y jala parcialmente un rollo de cinta adhesiva del bolsillo del hombre. Sawyer palidece y empuja la cinta de vuelta en el bolsillo de Hyde.
¿Cinta adhesiva? Mi mente registra ociosamente mientras observo el procedimiento con fascinación y extraña indiferencia. Luego la bilis sube a mi garganta otra vez mientras me doy cuenta de las consecuencias.

Tn: ¿Deberíamos llamar a la policía? —murmuro, tratando de esconder mi miedo. Quiero a Hyde fuera de mi casa, más pronto que tarde. Ryan y Sawyer se miran el uno al otro. —Creo que deberíamos llamar a la policía —digo con mucha más fuerza, preguntándome qué está pasando entre Ryan y Sawyer.

S1: Sólo he tratado de llamar a Mauricio y él no está respondiendo su móvil. Quizás está dormido. —Sawyer revisa su reloj—. Es la una y cuarentaicinco de la mañana en la Costa Este.

Tn: ¿Has llamado a Christopher? —susurro.

S1: No, señora.

Tn: ¿Estabas llamando a Mauricio por instrucciones? — Sawyer se ve momentáneamente avergonzado.

S1: Sí, señora.

Parte de mí se eriza miro abajo a Hyde otra vez ha invadido mi hogar y él necesita ser removido por la policía. decido llamar a Christopher. Mi cuero cabelludo pica. Sé que él está molesto conmigo, realmente, realmente molesto conmigo, y flaqueo ante el pensamiento de lo que dirá. Y cuánto se estresará porque no está aquí y no puede estar aquí hasta mañana por la noche. Sé que lo he preocupado lo suficiente esta noche. Quizás no debo llamarlo. Y entonces se me ocurre. Mierda. ¿Qué si hubiera estado aquí? Palidezco al pensamiento. Gracias a Dios que estaba fuera. Quizás no estaré en tantos problemas después de todo.

Tn: ¿Él está bien? —pregunto, señalando a Jack.

S3: Tendrá un cráneo adolorido cuando despierte —dice Ryan, mirando abajo a Jack con desprecio—. Pero necesitamos paramédicos aquí para asegurarnos.

Alargo la mano dentro de mi bolso y saco mi Celular y antes de que pueda pensar mucho en la extensión de la ira de Christopher, marco su número.
Va directamente al correo de voz. Él debe haberlo apagado porque está muy enfadado. No puedo pensar en qué decir. Girando, camino por el pasillo un poco, alejándome de todo el mundo.

Nota de voz: Hola. Soy yo. Por favor no te enfades. Hemos tenido un accidente en el apartamento. Pero está todo bajo control, así que no te preocupes. Nadie está herido. Llámame. —Cuelgo.

Tn: Llama a la policía —le digo a Sawyer. Él asiente, saca su teléfono y hace la llamada.

El Oficial Skinner está en una profunda conversación con Ryan en la mesa del comedor. El Oficial Walker está con Sawyer en la oficina de Mauricio. No sé donde está Prescott, tal vez en la oficina de Mauricio. El Detective Clark está ladrándome preguntas mientras nos sentamos en el sofá del gran salón. Él es alto, oscuro y sería atractivo si no fuera por su permanente ceño fruncido. Sospecho que ha sido despertado y arrastrado desde su cama tibia porque el hogar de uno de los más ricos e influyentes hombres de negocios de Seattle ha sido violado.

Policía: ¿Él solía ser tu jefe? —pregunta Clark ásperamente.

Tn: Sí. — Estoy cansada, más allá de cansada, y quiero ir a la cama. Todavía no he sabido de Christopher. En el lado positivo, los paramédicos se han llevado a Hyde. La Sra. Jones nos tiende al Detective Clark y a mí una taza de té. —Gracias. —Clark se vuelve hacia mí

Policía: ¿Y dónde está el Sr Vélez?

Tn: Nueva York. De negocios. Estará de vuelta mañana por la noche, quiero decir esta noche. —Es después de la medianoche.

Policía: Hyde es conocido para nosotros —murmura el Detective Clark—. Necesitaré que baje a la estación para hacer una declaración. Pero eso puede esperar. Es tarde y hay un par de reporteros acampando en la acera. ¿Te importa si miro alrededor?

Tn: Por supuesto que no —ofrezco, aliviada de que su interrogatorio haya terminado. Me estremezco ante el pensamiento de los fotógrafos afuera. Bueno, ellos no serán un problema hasta mañana. Me recuerdo a mí misma llamar a mamá y Ray, sólo en caso de que escuchen algo y se preocupen.

Sra J: Sra Vélez ¿puedo sugerirle que vaya a la cama? —dice la Sra. Jones, su voz cálida y llena de preocupación. Ella se estira y frota mi hombro. —Estamos a salvo ahora —murmura—. Todo esto se verá mejor en la mañana una vez que hayas tenido algo de sueño. Y el Sr Vélez estará de vuelta mañana por la noche.

La miro nerviosamente, manteniendo mis lágrimas a raya. Christopher va a estar tan enfadado.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora