꒰꒰ ❛ ❏ A :: ❝ Gilbert, si tú hubieses sido Romeo, ni siquiera habrías pensado en besarme ❞
APRIL 23rd, 2O18
( gilbert blythe )
( written by dingxs )
( fem oc × gilbert )
( s1 > s3 )
( cover by fioregello )
#1 puesto en los Premios Eras, Me...
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autumn; ( CAPÍTULO ONCE )
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¿DESDE CUÁNDO LOS DÍAS NUBLADOS ERAN TRISTES? ¿POR QUÉ? Isabella no había querido salir de la cama desde que su madre le informó la noticia, pero ahora caminaba con su vestido negro de la mano de su hermana, mientras lloraba silenciosa pero desesperadamente la muerte de John Blythe.
La pequeña nunca había sufrido algo similar, y esta era la primera vez que veía partir a alguien tan cercano a ella. Siempre recordaba en su mente las sabias frases que decía el hombre mientras preparaban la tarta de frambuesa de aquel día; "Dicen que no hay mal que por bien no venga, pero a veces nos rompemos la cabeza pensando cuál será el bien, después de haber perdido algo que era muy valioso e importante para nosotros".
Siempre le pareció una persona interesante. Un hombre amigable con una historia bastante triste, y siempre había pensado que él se merecía el mundo entero, pero el mundo no lo merecía a él. Isabella nunca hubo sabido lo que era extrañar a alguien, y lo hizo una vez que el ministro leyó las palabras en el entierro, y luego taparon el ataud en el cual se encontraba el cuerpo de quien, alguna vez, fue el animado y joven John Blythe.
Su madre le dejó acercarse a Gilbert, quien se encontraba sentado en la banca observando el lugar donde su padre estaba. La niña tomó su mano y se apoyó en su hombro, dejando que sus lágrimas se resbalaran por sus mejillas sin impedirles el paso.
—Solo me queda el consuelo de pensar, que alguien que ahora está en el cielo vela por mí —Murmuró la pequeña, llamando la atención del chico.
—Te caía muy bien, ¿cierto? —Preguntó el muchacho, secando sus mejillas en caso de que estuvieran mojadas.
—Era mi mejor amigo —Respondió Isabella, abrazandose a sí misma al sentir una leve brisa hacerle cosquillas en el cuello—. Es algo raro, ¿sabes? Resulta ser que me llevo mejor con alguien de la edad de mi madre que con los niños de mi salón, o mis propios padres.
