꒰꒰ ❛ ❏ A :: ❝ Gilbert, si tú hubieses sido Romeo, ni siquiera habrías pensado en besarme ❞
APRIL 23rd, 2O18
( gilbert blythe )
( written by dingxs )
( fem oc × gilbert )
( s1 > s3 )
( cover by fioregello )
#1 puesto en los Premios Eras, Me...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
autumn; ( CAPÍTULO CINCO )
•
DIANA Y RUBY GILLIS PREPARARON SUS CANASTAS, y a su vez guardaban lo necesario para llevar a la escuela en ese preciso instante. La de azul tomó los libros que su mejor amiga había abandonado en su pupitre hacía tiempo, y los miró con nostalgia pensando en si la volvería a ver.
Anne no la había pasado bien, y de eso todos estaban seguros. La pelirroja había dejado de asistir a clase por semanas, y aunque el resto no se viera preocupado, Diana Barry vivía atolondrada por eso. Solo hablaba de la ojiazul, y se enfadaba cuando Josie Pye decía que la chica de merecía no concurrir al establecimiento, acusándola de ser una perdedora por tratar de golpear a Gilbert Blythe.
Ruby tampoco se lo perdonaba a la pelirroja, seguía convencida de que el pelinegro podía llegar a tener algún enamoramiento secreto en ella y que se lo confesaría pronto, por lo que su instinto sobreprotector la obligaba a estar enfadada con la huérfana por casi herir al chico que consideraba su futuro esposo.
—Si la vemos, quiero que sepa que su actitud con Gilbert Blythe fue imperdonable, y que no pienso entablecer convesarción alguna con ella hasta que se disculpe —Recalcó la de rizos de oro entrelazando su brazo con el de Diana antes de partir. Hacía oídos sordos para con la de azul, evitando escuchar sus retos por tratar así a Anne.
Green Gables se abría paso a tan solo unos minutos de donde estaban, para suerte de las niñas que no querían llegar tarde a la escuela después de haber salido temprano de sus hogares. Observaron la granja de los Cuthbert luego de pasar unos árboles que empezaban a perder el color verde por el otoño, y tomaron su tiempo en caminar lentamente hasta las vallas blancas de madera que adornaban el comienzo y final del terreno.
Un niño que había estado sentado en el porche se cruzó con ambas a tan solo unos segundos de llegar a la puerta de la vivienda, y saludó a las niñas con una sonrisa luego de arreglar su presentación un poco.
