Inocencia asustada

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Era una hermosa mañana de primavera en Estados unidos, cómo era habitual, Seokjin era el primero en levantarse, abría las cortinas y preparaba el desayuno para los demás, generalmente los dejaba dormir medio hora más antes de ir a su habitación y despertarlos como a cada uno le gustaba.

-buenos días jiminnie... es hora de levantarse- decía suavemente el castaño acariciando los cabellos del menor, este inmediatamente se sentó en su cama aún sin poder abrir los ojitos y poco a poco se fue adaptando a la luz para levantarse finalmente.

- acompáñame a despertar a tae- susurro Jin y entonces ambos mayores se lanzaron juntos a la cama de Tae, los dos sabían que la única forma de despertarlo era acostándose con él un rato.

-¡¡buenos días chicos!!!- dijo animadamente Tae para a continuación abrazar a los dos mayores entrometidos en sus sueños, no los soltó hasta pasados 10 minutos.

En esa habitación estaba toda la maknae line, después de que Jin les pidió a los mayores que terminaran de arreglar las cosas para el desayuno se dirigió a dónde estaba kookie y como era habitual, el pequeño no se despertaba con moverlo un poco o acariciando su cabello, siempre tocaba recurrir a la última estrategia...hacerle cosquillas y apretar un poco sus pezones.

-¡¡¡jajajaja hyung!!! ¡¡¡Qué haces!!! Me da cosquillas...¡¡¡noooo!!!- el menor se terminó despertando completamente y se lanzó encima de Jin para atacarlo con cosquillas también, al terminar la intensa batalla, kookie salió del cuarto y se dirigió desayunar con los demás. Ahora sólo faltaban los mayores.

Seokjin se dirigió a la otra habitación y observo el panorama atentamente, despertar a los mayores era más fácil, poner un ruido alto para despertar a Yoongi y amenazar a Namjoon y hoseok con no darles desayuno si no estaban de pie en 5 minutos. Cómo era de esperarse, en el tiempo establecido salieron tres molestos chicos medio dormidos dispuestos a desayunar. Todo el grupo bromeó un rato mientras comían, después cada uno se fue a cambiar y en menos de una hora ya estaban camino a la empresa.

Cuando llegaron a su destino, un leve escalofrío paso por la columna del mayor del grupo, él sabía que algo malo iba a suceder hoy, o eso presentía. Siguieron caminando hasta el estudio de danza y ahí empezaron a calentar, al poco tiempo llegó el profesor y les enseño los pasos básicos de la nueva coreografía. Como siempre, hobi, jimin y kookie los captaron de inmediato, mientras los demás aún se tropezaban o se golpeaban sin querer. Después de ensayar 3 horas, todos terminaron tumbados en el suelo, menos Jin quien salió a tomar agua.

- Pero miren a quien me encuentro...parece que es mi día de suerte- sonrió lascivamente aquel hombre que aterraba a Seokjin, mientras se acercaba lentamente a su presa.

- Q-que h-hace usted aquí... por favor aléjese- lo miro nervioso el castaño

- No creo poner hacer eso pequeño, no ahora que te encontré aquí solito... debo aprovechar la oportunidad- se fue acercando más al menor mientras esté retrocedía despacio, definitivamente no podía regresar al estudio de danza con los demás y tampoco salir corriendo, entre tantos pensamientos no se dio cuenta del momento en el que se estrelló contra la fría pared y unos enormes brazos lo acorralaron contra ella, no podía escapar.

- Por fin te atrapé...no vas a huir fácilmente de esta, princesa- aquel apodo lo dio un poco de vergüenza al castaño, pero antes de analizar más allá, sintió la húmeda lengua del hombre lamer y chupar su blanco cuello, mientras tanto las manos ajenas bajaban por su torso, hasta acariciar su espalda baja y posicionarse finalmente en su trasero.

- Sentirte...tocarte...es mejor de lo que imaginé bebé...no puedo esperar a hacerte mío y tocar cada parte de ese maravilloso cuerpo que traes bajo esta molesta ropa- susurro con voz ronca Michael en el oído de Jin mientras mordía un poco y seguía tanteando la parte baja del menor.

- N-no más...p-por favor deténgase, no me lastime más...no m-me gusta, ¡no me gusta! - grito ligeramente el castaño, había empezado a llorar ante tan indebidos toques, era incómodo y humillante, casi como si él no tuviera control sobre su cuerpo.

- Shhh...shhh...tranquilo mi princesa...no tienes por qué llorar...por lo menos no por ahora...te espero en mi oficina a las 7 de la noche- terminó de decir el mayor mientras retiraba sus manos de aquella parte íntima y sujetaba con fuerza la barbilla de Jin, para posteriormente robarle un beso a esos carnosos labios, ante tal acción, el menor volteo la cabeza y lloró más intensamente. Sintió como en su barbilla se ejerció más presión y unas últimas palabras lo dejaron frío del miedo.

- Pronto se te quitará lo rebelde...vas a aprender a obedecer y vas a ser mío- el hombre se alejó del lugar y mientras los pasos se hacían más suaves, Seokjin cayó al suelo completamente agobiado, más lágrimas caían por sus mejillas y el dolor de cabeza se hizo presente. No entendía por qué esto le estaba pasando a él, porqué cuando estaban cumpliendo sus sueños, porqué cuando él amaba alguien. Solo estaba seguro de algo, no iría a aquella oficina en la hora que se le había indicado.

Al terminar el agitado día, Seokjin decidió irse con los demás a las 6:30 de la tarde, solo quería descansar y despejar su mente. No tenía idea de las consecuencias.

Detrás de un gran monitor que tenía vista de todas las cámaras de la empresa, se encontraba Michael riendo viendo cómo Jin se iba de sus manos, "definitivamente las cosas no se quedarán así" pensó por un momento el hombre.

Sueños robadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora