Yo nunca te lastimaría

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-H-hyung, no, no quiero, ¿Tu también me vas a lastimar?


-Eres tan lindo jungkookie que cualquiera de tus amados hyungs morirían por tocarte de la forma en la que yo lo estoy haciendo, esta piel tan suave, esta inocencia tan viva, esos ojos brillantes. Todo esto es mío...


-Hyung, por favor no, suéltame, suéltame, tu nunca me harías daño, tú me prometiste que siempre me cuidarías...

Esos ojos negros llenos de lágrimas, expresaban todo el dolor del momento y todas las esperanzas que en un pasado existieron, un pasado que era tan hermoso.


-Mi nombre es Jeon Jungkook, tengo 13 años, por favor cuiden de mí- habló un pequeño chico pelinegro al grupo recién formado captando la atención de todos los mayores.

-Eres muy lindo- comentó un chico de sonrisa cuadrada a la vez que se acercaba al pequeño y sacudía un poco la cabellera azabache.

-Tae vas a asustar al recién llegado...- dijo otro chico con mejillas abultadas a la vez que se llevaba al chico de nombre Tae- Por cierto, mi nombre es Jimin, Park Jimin- sonrió brillantemente haciendo que sus ojo desaparecieran.

-Gracias por unirte, este grupo va a ser aún más asombroso contigo...

-N-Namjoon hyung...- ahora el pequeño estaba por completo sonrojado al ver a la persona por la cual se unió a la compañía -T-te admiro mucho...

-A este paso también me voy a sonrojar, ¿Por qué eres tan adorable?- el líder se cubría el rostro con frustración, era lo que siempre hacía cuando veía algo adorable.

Los menores del grupo empezaron a reír al ver a una persona normalmente sería derretirse por la ternura del recién llegado, este definitivamente sería material para burlarse en el futuro. Pero una nueva intromisión rompió el ambiente.

-Perdón por llegar tarde, casi no me puedo levantar, y a mi despistado compañero de dormitorio no se le ocurrió pasarme la voz- el malhumorado chico pálido miró directamente al líder -Oh, veo que hay una nueva pulga...

-¡¡¡No lo llames pulga!!!- reclamaron al unísono la 95 line, mirando mal al mayor.

-Pero si es una pulga igual que ustedes- seguía molestando el mayor.

-Que no somos pulgas...

-Que sí

-Claro que no

De un momento a otro, todos en la sala estaban gritando y peleando por una estupidez, el menor presenciaba cómo gran cantidad de apodos volaban de un lado al otro del salón, mientras el líder se reía escandalosamente.

-Va a ver cómo usted termina siendo más bajo que nosotros- sacaba la lengua Tae.

-Eso nunca va a pasar pulga...- insistía el mayor -por lo menos no va a pasar con Jiminnie- el mencionado se ruborizó hasta las orejas y se escondió detrás de su amigo.

-Defiéndete Jiminnie-, no ves que-

-¿Qué está pasando? ¿Por qué hay tanto escándalo?- Dos chicos entraron de repente a la sala, el que habló de forma molesta cuyo pelo castaño relucía y otro joven con pelo negro que permanecía detrás del mayor.

Esa interrupción tan brusca había asustado al menor de todos, quién pegó un respingo cuando la voz exigente sonó en la sala, se había asustado, pero para su sorpresa, los otros dos menores corrieron directo hacia el mayor.

Sueños robadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora