Dos días para el inicio del fin

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BTS era ahora una de las grandes boybands del momento, su nuevo disco había sido reconocido tanto en Corea como en el resto del mundo como una obra maestra llena de sentimentalismo y alusiones a la realidad que vive la juventud en este momento, muchas empresas de Estados Unidos se habían interesado en los chicos y buscaban desesperadamente un contrato con ellos. International Star era una de esas empresas interesadas, una de las más grandes de la industria y posiblemente en secreto, la más despiadada en cuanto al trato que se les brindaba a los artistas se refería. El CEO, para desgracia de los chicos se había fijado en ellos, y los veía como una oportunidad para hacer más dinero y quizás aprovecharse de algunos beneficios extra, una vez Michael tenía un objetivo, una presa, no descansaría hasta tenerla a su disposición, el rubio era implacable. Faltan dos días para el inicio del fin.

Mientras tanto en Corea, los menores de nuevo se encontraban peleando, esta vez por ser el primero en jugar el nuevo videojuego que se acababan de comprar, Jimin fue el primero en darse por vencido, realmente odiaba que pequeñas tonterías se tornaran peleas serias y esto pusiera en tensión al grupo, no había cosa que este ángel no fuera capaz de hacer por sus dos pequeños compañeros y sus hyungs, para él, BTS era su familia, su razón de ser y su sueño materializado. Después de media hora y viendo que los menores no cederían su juego, jiminie decidió usar una nueva táctica, abrazó fuertemente al castaño y al pelinegro y los lanzó a la cama para mantenerlos ahí e intentar dormir pues ya era tarde.

-Hyung!!!! ¿Qué haces? – se quejaron los dos menores mientras recibían el abrazo con gusto, aunque no querían aceptarlo.

-Es hora de dormir pues mañana viajamos a Estados Unidos- respondió la peli rosa apretando el abrazo.

Ante tal acción tierna, el más pequeño, jungkookie no pudo evitar sonrojarse y sonreír nervioso, él era realmente tímido y sensible al contacto humano, cualquier acción le daba cosquillas y lo hacía sentirse nervioso, sin embargo, tratándose de sus compañeros, las personas con las cuales había crecido desde los trece años se sentía muy cómodo y podía decir que los amaba con todo su corazón. Uno a uno, las personas en la habitación fueron cayendo por el sueño y el castaño mayor asomado en el marco de la puerta veía enternecido la escena, se acercó para arropar a los tres cuerpos en la cama, apagó la luz y finalmente salió


Sueños robadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora