Capítulo 30

1.1K 79 4
                                    

Capítulo 30:

Eché un vistazo a los lados de mi habitación y me encogí levemente entre mis sábanas.

-Sí, sí, estoy aún despierta.-mentí, intentando no soltar un bostezo entre la frase.-¿Necesitas algo, Allison?

-Oh, sólo te llamaba para decirte que nos vemos el viernes en.. ¿Black Point? ¿Se llama así?-preguntó con su habitual voz adorable. Soltó una risita que me hizo estremecer.-Luke me ha dicho que el club se llama así, pero tampoco estoy muy enterada de dónde está eso.

-Eh..-balbuceé, intentando terminar la conversación lo antes posible.-Tranquila, una amiga y yo pasaremos a recogerte a las..¿siete? ¿te viene bien?

-Sí, perfecto.. ¡Ay, tengo muchas ganas de ver a Luke tocar!-exclamó, haciendo que tuviera que alejar un poco el teléfono de mi oreja.-¡Ni siquiera sabía que componía canciones!

-Ya, bueno..-mi voz se apagó durante un instante, y tuve que toser para poder hablar de nuevo.-Estoy segura de que a él le hace mucha ilusión que vayas a verle.

-¡A mí también me hace mucha ilusión!-exclamó de nuevo, y pude notar la alegría en su voz.-No sabes lo que cambió después de que mis padres.. se fueran. Luke era un chico..

completamente diferente.

-Sé lo que es perder a un padre.-murmuré, agachando la cabeza mientras sujetaba el teléfono con mi mano derecha, contemplando la oscuridad de la noche y la pequeña luz que entraba por mi ventana, proyectada por la farola.

-Oh, Char, lo siento muchísimo.. No tenía ni idea de que..-su voz se apagó al igual que lo había hecho la mía hacía unos cuantos minutos. De repente, escuché la voz del pequeño Edward al final de la línea, llamando a su madre.-Bueno, tengo que irme, Eddie está enfermo y tengo que darle medicinas.

-Estoy segurísima de que se pondrá bien, es un chico muy fuerte.-le aseguré, esbozando una sonrisa invisible al otro lado de la línea.-Buenas noches.

-Buenas noches, querida Char.-la voz adorable de Allison volvió a sonar, y sonreí levemente.-El viernes a las siete, ¿no?

-Sí, a las siete.-contesté.-Adiós.

-Adiós.

Colgué el teléfono y me desplomé sobre la cama.

El viernes por la mañana resultó ser un día bastante caluroso para lo que estábamos acostumbrados en Londres.

Durante el horario escolar del viernes, me pasé frente al ventilador todas las clases, con Holly a mi lado, mientras planeábamos qué nos íbamos a poner aquella noche, sin hacer ningún caso a lo que los profesores explicaban.

Margaret se había disculpado con nosotras, ya que no podía venir al Black Point aquella noche por motivos familiares, y Elliot iba a ir a un partido de baloncesto, a pesar de que ni siquiera era fan de aquel deporte.

Holly parecía bastante emocionada con lo que se refería al concierto de Luke esa noche, y yo, en mi interior, tenía un fuego intenso deseando ver a mi chico tocando la guitarra.

Además, mi mejor amiga estaba nerviosa por ver a Ariadna y a Jamie, a pesar de que se habían visto hacía pocos días.

Pero lo que me quitaba a mí el sueño no era que a mi novio se le desafinara la guitarra, sino que Marcus estuviera allí. Intenté disimularlo durante todo el día, además de que Holly no tenía ni idea acerca del tema de Marcus y de sus frecuentes amenazas hacia Jack, y esperaba que no se enterara.

-Hola mamá, ya estamos aquí.-dice cerrando la puerta de mi casa detrás de Holly.

-¡Helen!-exclamó mi mejor amiga mientras se abalanzaba sobre los brazos de mi madre para abrazarla.-¡Echo de menos tus pasteles de manzana!

Black PointDonde viven las historias. Descúbrelo ahora