Capítulo 23:
La puntualidad inglesa de Holly se hacía presente en cada momento.
No había habido ni una sóla vez que Holly hubiera llegado tarde.
Incluso siempre llegaba un par de minutos antes para asegurarse de que no llegaba tarde.
Una vez, en Halloween, cuando teníamos 8 años, apareció vestida de Cleopatra a las cinco de la tarde, cuando yo ni siquiera había empezado a vestirme.
Era como una obsesión.
Se obsesionaba con no llegar tarde nunca a ninguna cita. Su cabeza era un reloj milimetrado, mientras que la mía solía hacer planes de última hora.
Abrí la puerta cuando el timbre sonó a las 2:50 del mediodía y, como siempre, ahí estaba Holly, con una gran sonrisa en la cara y su pelo rubio.
Ah, y su carmín rojo.
-¡Hey, hey, heeeeeeeeeey!-exclamó antes de darme un abrazo.
-Pasa, anda.-dije mientras me echaba a reír.
Cerré la puerta tras su paso y la observé. Iba vestida mucho más sencilla de lo que acostumbraba a llevar. Unos pantalones vaqueros ajustados, una blusa blanca y unas botas negras bajas.
Eso sí, estaba tan guapa como siempre.
-¿Qué es eso que me tienes que contar TAAAAAAAN importante, querida Char?-dijo haciendo comillas con los dedos mientras se tiraba en el sofá.
-Luke me ha dicho que tiene una hermana, a la cual no ha visto en.. años.-contesté mientras me sentaba en el sofá de al lado.-Me ha dicho que está trabajando aquí, y que tiene una clínica de psicología.
-¿¡Qué!?-exclamó, incorporándose rápidamente del sofá.-¿Luke tiene una hermana?
-Se llama Allison, Allison Hemmings, creo.-respondí haciendo memoria de todo lo que me había dicho Luke aquella misma mañana.
-¿Y cuando te lo ha contado?-me preguntó frunciendo el ceño.
«Cotilla» maldije en mi mente.
El instinto de cotilleo de Holly era lo que la inspiraba para ser periodista en un futuro no muy lejano, pues nos graduábamos en sólo dos meses.
Ella había querido ser periodista desde pequeña, y tenía un amor tan grande a ese trabajo como yo a ser diseñadora de interior.
Le apasionaban los cotilleos, y podía escribir unos artículos magníficos para el periódico de la ciudad.
De hecho, de vez en cuando lo hacía.
Una vez escribió un artículo acerca de San Valentín y el amor, pues se acercaba el 14 de febrero, ¡y le dieron una hoja entera para su artículo en el periódico!
-Esta mañana, ¡Holly no seas cotilla!-exclamé, intentando evadir el tema.
Me sentiría super vergonzosa si mi mejor amiga supiera que me acosté con Luke la noche anterior, pero creo que ya se imaginaba algo así.
-¡Osea que has pasado la noche con él!-exclamó con una sonrisa en la cara, seguido de un grito ahogado.-¡Charlotte Jane Tyler, por fin has follado! ¡Tengo que contárselo a Margaret, y a todo el mundo! ¡Ay, mi pequeña Chaaaaaaaaaarlotte! ¿Cómo fue? ¡Cuéntamelo todo!
-¡Ni se te ocurra contárselo a nadie!-le advertí levantando el dedo índice.
-Trato hecho, ¡pero cuéntame!-me pidió hecha un matojo de nervios. Parecía más nerviosa que cuando hicimos el primer examen de Geografía de todo el curso. ¡Incluso vomitó de los nervios!
-Pues..Llegamos a su casa, y nos empezamos a besar, y bueno..-el tono de mi voz era cada vez más bajo, y me sonrojé, mordiéndome el labio suavemente.-Ya sabes el resto.
-¿Te dolió?-preguntó, soltando una risita al final de la frase.
Me eché a reír, más sonrrojada que una fresa, y negué con la cabeza.
-¿Qué clase de preguntas son éstas?-pregunté, poniendo los ojos en blanco y sin obtener respuesta.
-Oh, ¡entonces fue tierno! ¡Qué mono!-exclamó.
-Sí, fue perfecto..-murmuré mientras mi cabeza viajaba a los recuerdos de la noche anterior.
Me mordí el labio y sonreí al pensar en los "te quiero", todos los besos, las caricias..
-Mi pequeña Char se ha enamorado, ¡señoras, señores, inmortalicemos este momento!-Holly se echó a reír, tirándose sobre el sofá a causa de la risa, y yo la fulminé con los ojos.
-Eres idiota.-puse los ojos en blanco.-Bueno, a lo que iba, necesito que me ayudes a encontrar a la hermana de Luke.
-¿Qué piensas hacer?-preguntó, incorporándose de nuevo. El pelo le caía sobre su pecho, con un par de rizos al final de sus rubias puntas, y un poco despeinado. Sus ojos estaban sumergidos en una capa negra de rímmel y sombra de ojos oscura. Sus labios, estaban rojos, como siempre.
-Quiero ir, encontrarla, y que hable con Luke.-contesté, encogiéndome de hombros. Me levanté rápidamente del sofá y fui al mueble de la entrada para encontrar lo que buscaba.-A lo mejor está en las páginas amarillas.
-¿Y en Internet?-dijo Holly, sacando su SmartPhone un poco anticuado. Tecleó un par de cosas, seguramente para desbloquear el teléfono, con su contraseña "123456789" para acordarse siempre, incluso si va borracha.
Bajé mi vista al libro grande, pesado y amarillo que sostenía entre mis piernas, y lo abrí, buscando por la letra A, de Allison.
-¡Aquí está! ¡Google, te amo!-exclamó Holly besando la pantalla de su BlackBerry. Me acercó el móvil para que lo viera, y lo sostuve entre mis manos.
En la página web aparecía la foto de una chica idéntica a la chica de los marcos de Luke, con una bata blanca y unas gafas.
Parecía mayor que Luke, sólo unos seis años. Su gesto era simpático, un gesto de adulto, y una sonrisa amplia. Era muy guapa, como Luke. Debía ser uno de los genes de pertenecer a la familia Hemmings.
Sus ojos eran casi verdes, pero de un tono azulado, y su pelo era igual de rubio que el de Luke.
Sonreí al pensar en su pelo despeinado de esa misma mañana y me mordí el labio.
-¿No aparece su número de teléfono o su dirección?-pregunté frunciendo el ceño, moviendo la manecilla de la BlackBerry por toda la pantalla.
-Supongo, deja que lo busque.-me arrebató el teléfono de las manos y con sus huesudos dedos empezó a mover la manecilla de la BlackBerry hacia abajo.
En la página web aparecía una especie de biografía acerca de la doctora Hemmings, licienciada en psicología en la Universidad de Manchester, galardonada por la Academia de Sanidad de Inglaterra en 2012 a la mejor psicóloga del año.
-La doctora Allison Hemmings está actualmente casada con el abogado Thomas Jefferson.. ¿qué? ¿Está casada?-el ceño de mi mejor amiga se frunció en un nanosegundo y deslizó mi mirada hacia mí.-¿Luke lo sabe?
-¿El que?
-¡Que su hermana está casada!-exclamó.
¡Y yo qué sabía!
Me encogí de hombros y la miré.
-Ni idea, supongo que sí. ¿Tienes ya la dirección?-contesté asomando mi cabeza a la pantalla de la BlackBerry.
-Wigmore Street 121.-soltó, leyendo la pantalla.-Aquí dice que la doctora Hemmings está disponible las 24 horas. Qué aburrimiento.
-¡Ya sé qué calle es!-exclamé dando un chasquido con mis dedos.
Había estado más de una vez en esa calle. Era una especie de calle en forma de "L", toda llena de semáforos y coches, pero había muchas tiendas.
-Pues vamos, ve a cambiarte y te llevo en mi super coche.-dijo subiendo los brazos riendo.-Voy a servirme un poco de galletas mientras te espero.
-Claro, coge lo que quieras.-puse los ojos en blanco y reí mientras me levantaba del sofá.
La confianza entre Holly y yo era muy grande. Ni siquiera nos hacía falta pedirle permiso a la otra para hacer algo, lo hacíamos.
Después de tantos años siendo amigas, al fin y al cabo sabíamos todos los hábitos de la otra.
Subí las escaleras rápidamente y me miré al espejo. La camiseta de Luke me llegaba hasta casi la mitad del muslo, y no parecía que llevara pantalones cortos, así que me puse unos pantalones vaqueros ajustados y mis Converse.
Me solté el pelo de la cola de caballo que llevaba y lo dejé sobre mis hombros, aunque era mucho más largo.
Cogí mi móvil y lo guardé en el bolsillo trasero de mis pantalones, para correr escaleras abajo.
-¿Vamos?-dije buscando a Holly en la cocina. Estaba sentada en la encimera, sentada comiendo galletas saladas con mantequilla de cacahuete por encima.
-Hmmm, si. ¿Quieres?-me ofreció una de las galletas. Negué con la cabeza y se la metió a la boca, encogiéndose de hombros.
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Black Point
Hayran Kurgu"El punk es la lucha constante contra el miedo de las repercusiones sociales."-Greg Graffin.