Cap XVI: Mi humilde hogar

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*1 mes después*

Como cualquier día ordinario de mi vida ordinaria, estoy sentada en el suelo de mi sala, mi espalda está apoyada en el sofá y en mis piernas tengo mi laptop. Reviso los correos que Marie me envió hace unas horas.

Si, así es, este es mi ajetreado día de trabajo. Sólo tengo que leer emails y llamar al proveedor que me vende la ropa para mi almacén. Una deliciosa bolsa de papitas me acompaña en mi día. ¡Ok!, lo admito, mi vida es aburrida. En comparación con el tiempo que estuve trabajando en Nueva York, esto es aburrido.

He ayudado aquí en Boston, también en París y en donde sea que necesiten ayuda. Pero sé que puedo hacer más; haya afuera hay pequeñas organizaciones que quieren dañar a las personas, siempre habrá personas de esas.

-... ella sólo hizo esto- miro el televisor. Ya pasó mucho, pero aún siguen hablando de los Vengadores. Nueva York sigue en remodelaciones y hay personas que apoyan lo que hicimos, nos llaman héroes, y también hay otras que nos llaman fenómenos. Una niña imita el choque de mis brazaletes; lleva puesta una blusa con estampado de Wonder Woman- y todos las criaturas esas salieron volando, ¡fue increíble!

Una leve sonrisa se forma en mi rostro. Más cosas como esas podríamos hacer, si nos lo propusieramos podríamos salvar a todo el mundo.

-el Capitán América lanzo su escudo y derribo a tres de ellos. Y-y-y luego vino Iron Man e hizo ¡pium!¡pium¡ pium!- un niño imita a Tony con su traje.

Volteó a ver el florero donde están las rosas de Steve. Ya casi están todas marchitas, las tengo cerca del enorme ventanal. De vez en cuando hablo con Nat, se la pasa de misión en misión. Tony ya me tiene ser a con sus llamadas, cada día me llama, y dijeran: hablan por horas, pero ¡no! Sólo hace dos preguntas y corta la llamada. Thor me dijo que cuando quisiera hablar con él, hablará con un tal Heimdall. Y hay me ven a mi, en la terraza hablándole al cielo, ni siquiera sé y él me escucha.

-¡tengo hambre!- exclamó.

Como si alguien me fuera a traer comida mágicamente. Tengo como diez minutos gritando lo mismo y tengo demasiada flojera de levantarme e ir ala cocina. Hay sólo hay cosas para preparar, y yo tengo mucha flojera.

-¡¿Y para qué se inventó la comida a domicilio?! Estúpida- me golpeó con la palma de la mano en la frente.

Tomo mi celular. Busco el número de cualquier lugar que venda comida. Encuentro el número de un restaurante de comida china. Marco el número y cuando contestan, hago mi pedido. Bien un problema en mi vida resuelto.

Dejo el celular sobre el sofá y miro las noticias. Salimos todos los Vengadores luchando y después la reportera dice:

-¿dónde están nuestros héroes ahora?

-yo te diré donde está La Mujer Maravilla. Ella está en su departamento, muriendo de hambre por culpa de la flojera y lamentándose por su aburrida vida- le digo a la televisión.

Ya perdí la cabeza. Ahora hablo con la televisora. Una idea cruza por mi mente. Tomo mi celular y hago cinco llamadas diferentes, después salgo a la terraza.

-¡Heimdall!- grito-. No sé si me escuchas y tampoco sé si lepasaras el recado a Thor. Necesito que le digas que tengo que hablar con él, es urgente... bueno no tan urgente, pero si es importante. Por favor- trato de encontrar alguna señal en el cielo-... ¿gracias?

A quien engañó, el tipo ni me escucha. Mañana tendré compañía y mi departamento esta hecho un desastre. Manos a la obra.

Apago el televisor. Enciendo el estéreo y conecto mi celular, pongo reproducir aleatoriamente y me voy rápido por mi escoba.

Tal Para Cual || Legends #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora