Cap XLIV: Despertar

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Tengo muchos recuerdos de este departamento desde el primer día en que puse un pie en él; una rata saltó de la alacena cuando limpiaba y ambas huimos una de la otra.

Ahora mi recuerdo favorito es haber dormido en mi antigua cama usando la camiseta de Steve, y con él a un lado. Se ve adorable cuando duerme. Un brazo cuelga le cuelga de la cama y el otro lo tiene apoyado sobre el pecho, su boca está ligeramente abierta, dejando escapar un ronquido leve.

Eso de que las parejas duermen abrazadas toda la noche es un vil mentira; a los diez minutos ya no sentía a Steve abrazándome; peleamos por la cobija gran parte de la noche; llegue a patearlo dos veces porque pensé que dormía sola y me estire como alma libre por la cama; sólo volvió abrazarme después de levantarse para ir al baño en la madrugada. Si, las películas en verdad reflejan el como duermen un par de enanorados.

Pero si para poder verlo mientras duerme tengo que pasar por todo ese proceso de lucha nocturna, lo haría toda la vida. Sonrío al verlo tantear mi lado de la cama. Su mano toca una de mis piernas, ahí deja de buscarme, su pulgar da leves y observo como su pecho se contrae al exhalar. Me hago un espacio a su lado, pongo mi cabeza sobre su pecho, escucho a la perfección los latidos de su corazón; rodeo su cintura y abrazo sus piernas con una de las mías.

—¿Qué dices? —cuestiono en un susurro al escucharlo balbucear.

Mi atención deja de estar en su cara; ahora está puesta en otra parte de su cuerpo que está comenzando hacer algo. El ritmo de su corazón es acelerado. Diablos, Steve está...

—Buen día —dice somnoliento.

Quiero actuar como si no me hubiera dado cuenta de nada, pero no puedo hacerlo; al ver su rostro empiezo a reírme como loca. En verdad me hes difícil asimilar lo que acaba de pasar.

—¿Qué pasa? —inquiere confundido, sonríe de lado por mi risa frenética.

—¡Diablos, Capitán! —expreso entre risas— No tenía idea de que puedo llegar a despertar esas cosas en usted. ¿Puedo saber que soñaba?

Si el simple caso de que tuviera una ereccion al rozar unos insignificantes centímetros con mi pierna su miembro, ya era gracioso; el ver su cara al darse cuenta es el doble de chistoso. Pega un brinco de la cama y huye a encerrarse al baño mientras yo muero de risa en la cama.

¿Se puede ser más inocente?

Espero afuera del baño, apoyada en la pared. Respiro hondo para calmar mis ganas de volver a partirme en carcajadas. Steve, Cara de trasero de babuino, Rogers debe estar buscando la forma de que su compadre vuelva a dormir. Su cara se puso más roja que el semáforo.

—Steve, —llamo a la puerta. Carraspeo— vi en una película que si nombras alfabéticamente algunas de las bandas que conoces sirve de distracción.

Obtengo nada menos que silencio por su parte. Comienzo a sentirme culpable por burlarme tanto. Carajo, ¿por que soy tan insensible a veces?

Estoy comportándome igual que Tony, pienso. El convivir tanto con él está haciendo que al igual me burle en exceso de las personas.

—¿Steve? —vuelvo a tocar.

De nuevo el silencio. Necesita espacio. Opto por vestirme; deposito su camisa en la cama. Tomo mi celular con la intención de llamar a Nat, ¡sorpresa! Se quedó sin pila.

El sonido de la puerta del baño me pone alerta.

—Buen día —digo lo que debí haber dicho desde un principio. Mentalmente cruzo los dedos para que no esté enojado.

—Hola, Cielo —sonríe como si nada. Planta un beso en mi frente antes de ir por su camiseta.

Al menos lo está llevando bien. Una voz razonable, comprensiva y bondadosa me dice que olvide que le provoque una ereccion al Capitán América; lastima que a esa voz la ignoro el 60% del tiempo. 

Tal Para Cual || Legends #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora