Cap XI: Somos... Amigos

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No llegamos a Central Park. Caminamos por la acera sin rumbo.

-¿a dónde íbamos?

- No sé, yo te venía siguiendo a ti- se excusa Rogers.

Miro a mi alrededor para tratar de adivinar dónde estamos. Del otro lado de la calle está un restaurante llamado PINKS. Estamos en la 1st Avenue; ni siquiera estamos cerca de llegar a Central Park.

- Ya no estamos cerca de Central Park- bufo.

-podemos ir a otro lugar.

-pues Coney Island esta cerca. Hay un a montaña rusa, un circo y acuario, ¿quieres ir?

-me parece bien- sonríe.

Steve pide un taxi. Cuando por fin logra que un taxi paré, me abre la puerta de atrás como todo un caballero.

-gracias- sonrío.

Le digo al taxista que nos lleve a Coney Island. Es muy bonita, tal vez fue mejor venir aquí en vez de ir a Central Park.

En los diez segundos que tarde en sacar dinero de mi bolsillo delantero, Steve se adelantó y pago el taxi.

-yo iba a pagar.

-claro que no, una señorita no tiene que pagar.

Lo miro mal. Comenzamos mientras buscamos a dónde ir primero. Quizá vayamos a Luna Park o a la playa. Tal vez al acuario o sólo nos quedemos parados acá.

-¿te parece si vamos por un Hot Dog?- propone Steve.

-gran idea, muero de hambre- froto mi estómago.

Vamos al primer puesto que miramos. Preparo mi hot dog con un poco de ketchup. De nuevo Steve paga, ¿me dejara pagar algo?

Me ha contado un par de cosas sobre él. Hasta ahora sé que su mamá se llamaba Sarah y murió de tuberculosis; su padre murió en la primer guerra mundial, era soldado. Su padre murió primero y su madre fue enterrada al lado de su esposo. Me contó sobre sus aventuras en la guerra, yo sólo sabía que fue un soldado y luchó contra HYDRA y un hombre al que llamaban Cráneo Rojo. Coulson me tenía bien informada.

-esa es la historia de mi vida- alza los hombros.

-siento como que no es toda la historia, tengo un presentimiento de que te guardaste unas cosas- lo miro a los ojos.

Rogers sonríe, baja la mirada y después mira al frente. Su vista se clava en algo frente a nosotros y después me mira de nuevo.

-mira una máquina de peluches- señala dicha cosa.

Ay no, esas cosas son una farsa. Varias veces intenté sacar un peluche y nunca pude hacerlo. Si Rogers logra sacar uno juró por mi Díos que lo voy a venerar como a un Dios. Saca una monedas y antes de introducir la me pregunta:

-¿qué peluche quieres?

-amm...- veo cada peluche. Hay un peluche de Iron Man, ya se cual quiero-. Quiero el de Iron Man.

Steve me mira como de ¿en serio?, asiento. Introduce la moneda y comienza con el juego. Literal, mi cara esta pegada al cristal de la máquina, quiero ver que saque ese mini Tony.

Al primer intento falla. No puedo evitarlo y rio, estas máquinas tienen algún truco y es imposible sacar algún peluche. En el segundo intento pasó lo mismo, nada.

-Steve dejémoslo así, es imposible sacar uno.

-nada es imposible- vuelve a depositar una moneda.

Ya es el décimo intento y no logra sacar nada, tan sólo levanta el peluche un par de segundos y antes de poder llegar hasta el hoyo, se suelta.

-¡Ya!- exclamó desesperada-. Déjame a mí.

Tal Para Cual || Legends #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora