CAP XLVII: Toute l'année

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La huida a Paris trajo consigo problemas:
1. Todo el equipo hostigando.
2. Mensajes insistentes de parte de cada uno de mis amigos preguntándome el por qué me fui.

Apenas hace un día que estoy aquí, he tenido el baste tiempo a solas boats pensar la discusión con Steve. En realidad no tanto si descuento los mensajes enviados a cada segundo.

 En realidad no tanto si descuento los mensajes enviados a cada segundo

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Más de una vez me planteé contestarle, arreglar todo, pero sigo herida. ¿Cómo rayos puede pensar que voy a estar del lado de Matt? El muy imbecil tiene celos. Que se joda.

Son alrededor de las tres de la mañana, estoy derrotada en el sillón comiendo un rico refrigerio (por no decir helado) mientras armo en mi cabeza toda historia digna de un Oscar a mejor drama; como no fui escritora. Mis fantasías quedan de lado al ver la perrilla de la puerta moverse, alguien intenta entrar; lastima por él o ella, está entrando a la casa equivocada. Es bien sabido lo de la pequeñez de mi departamento, de ahí que la renta no sale tan cara; así que, lo único que debo hacer es subir a las escaleras, esperar a que el ladron pase la cocina y al estar en la sala lo podré atrae desde acá arriba con el lazo. Por que primero muerta antes que salir si mi traje.

El que la casa esté en penumbras ayuda mucho. La puerta cede al fin, escucho los lentos pasos del ladron, la puerta hace ese peculiar rechinido cuando es cerrada.

Nota mental: jamás engrasar esa puerta.

La silueta del sujeto aparece a mitad del departamento, justo en el límite entre la sala y la cocina, el lugar perfecto para atraparlo. Sin esperar un segundo más, lo lazo y levantó hasta quedar frente a frente, sus brazos están pegados a sus costados por el nudo.

—¿Steve? —exclamo, dudando de mi vista. Parpadeo un par de veces, comprobando lo que miran mis ojos—. ¿Qué estás haciendo? Pude haberte golpeado, Rogers. Explícame, ¿por qué diablos entras a mi departamento a las tres de la madrugada como un ladron, y no llamas por teléfono como gente normal?

Sonríe inocentemente; gesto que desaparece conforme observa la poca gracia que esto me hace. Ahora no podrá mentir, y tampoco es que le guste hacerlo.

—No respondías mis mensajes. ¿Si recibiste mis mensajes? En realidad no sabía si te los estaba enviando, sigo aprendiendo hacerlo.

—Si, los recibí —masculló entre dientes.

—Bueno. Como no respondías, me preocupe mucho; recuerda que casi eres secuestrada por una niña. No te quería despertar, por eso entre. También quiero arreglar la cosas y decirte que soy un tonto por ponerme celoso del trato que le dabas a Matt, entiendo si aún no quieres hablar conmigo —confiesa, sin titubeos.

—Entonces, ¿admites que estabas celoso? —levanto una ceja de forma inquisidora.

Su mandíbula se tensa, continúe las ganas de hablar con la verdad, pero el lazo lo quema hasta que por fin grita un: ¡Si!. Ahí está lo que quería escuchar.

Tal Para Cual || Legends #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora