Capítulo #6

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      Itachi observaba el reflejo de la luna sobre el agua, sentado bajo el respaldo de un frondoso árbol, que alejado de todos los demás se había aferrado a crecer cerca de la orilla del río.

Su compañero roncaba plácidamente mientras dormía frente a la improvisada fogata que habían colocado hacía unas horas para calentarse. Sus ojos tan oscuros como la noche misma, se pierden en el movimiento ligero e hipnótico del agua cristalina.

Su mente comenzó a vagar por el país del fuego, adentrándose hasta Konoha, en aquel antiguo barrio que alguna vez fue su hogar, el barrio Uchiha.

Aún podía recordar el símbolo perfectamente trazado en cada una de las calles, en cada uno de los sitios importantes de aquel lugar, el bosque en el que solía practicar con Shisui, con Sasuke, las calles por las que solía pasear con Izumi, cuando la vida era distinta, cuando las sombras de la oscuridad aun no lo consumían, cuando las verdaderas intenciones de su padre aún no se daban a conocer, cuando el peso de su apellido aún no lo aplastaba. Cómo le hubiese gustado cambiar la forma de pensar de su padre respecto a él, cambiar todo lo que hasta el momento había ocurrido y hacer las cosas mejor para todos, para el clan, para su madre, para Sasuke, para Izumi.

Sasuke, ¿qué sería de él en ese momento?, ¿se habría quedado en el barrio de los Uchiha o el tercero ya le habría mostrado el piso que él mismo había comprado? En el fondo solo esperaba que dentro de todo lo malo Sasuke no la estuviera pasando como Izumi, pero Sasuke es fuerte y Itachi siempre ha tenido la certeza de que estará bien, no por nada es Hijo de Fugaku Uchiha.

El tiempo había transcurrido más rápido de lo que el mismo se hubiese imaginado, quizá más rápido de lo que cualquiera hubiese esperado, y la herida ya no estaba tan reciente, aunque él mismo sabía que aquella era una de esas heridas que posiblemente nunca cerraría, tampoco es que esperase que lo hiciera.

No había podido volver a Konoha desde entonces, tampoco es que le resultara una idea atractiva. De hecho ni siquiera podía intentar imaginar el momento en que tuviese que volver a encontrarse con su hermano, aunque el mundo era pequeño y Sasuke era el último Uchiha vivo en la aldea de Konoha, lo que significaba que seguramente intentarían sacarle el mayor provecho a su condición de Uchiha si eran inteligentes.

Itachi tenía el presentimiento de que en el instante en el que volvieran a verse, seguramente él se echaría a llorar. Porque aunque no lo admitirá jamás, la persona que salió más dañada aquella noche de la masacre Uchiha ha sido él mismo.

Le había costado trabajo adaptarse a su nueva realidad, a veces llegando a pensar que en algún momento terminaría volviéndose loco, pues de vez en cuando la noche le recordaba entre sueños la cantidad de personas que asesinó en una misma noche, la manera en que lo hizo y el líquido rojizo bañando el suelo que el mismo hizo derramar.

Se había llegado a ver matándose a sí mismo como si de un reflejo se tratase, también a sus padres una y otra vez, a Sasuke, e incluso a Izumi, la chica que últimamente ocupaba una gran parte de sus pensamientos. Algunas veces al despertar no conseguía identificar cuál de todas aquellas escenas era la verdadera versión de lo que había sucedido aquella noche. Y era en momentos como ese en los que la urgencia de asegurarse de que Sasuke se encuentre con vida e incluso Izumi, se apoderaba de él y la desesperación comenzaba a ganar la batalla.

No podía volver a Konoha, pero la clave era simple, si Izumi está viva, Sasuke lo estaba. Tenía que verla, saber que su hermano realmente había sobrevivido y quizá un día podría volver a verlo, cuando las aguas se hubiesen calmado. Pero por ahora continuaba siendo uno de los criminales más buscados por las cinco naciones ninja.

Héroe  ~Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora