La escena se repitió en su sueño un par de noches después, pero mucho más nítida. Como si él fuera un espectador de lo que solo el cielo y aquella tormenta que se avecinaba fueron testigos. Podía ver a Izumi abrazándose a él como si su vida dependiera de ello, y sus lágrimas derramándose de sus ojos en un llanto color rojo, entonces el cielo volvía a enfurecerse y resonar anunciando la misma tormenta, pero las nubes estaban rojizas y la lluvia caía sobre ambos. No era lluvia, era sangre como en todas sus pesadillas, pero esta vez Izumi no estaba muriendo, y no estaban en Konoha, sino en el país del té, en el lugar en el que se habían reencontrado, entonces Izumi lo besó y tan rápido como lo hizo se apartó de él notando las gotas de lluvia. No, lluvia no, sangre, lo mira horrorizada sus labios se abren en un gesto incrédulo y su mirada se elevó hacia el cielo, entonces comprendió. ¿Qué has hecho Itachi Kun? su voz sonó tan sombría que parecía la psicofonía de un espectro. Itachi cerró los ojos un momento, mientras se apartaba la gota de sangre que ha caído sobre sus párpados, sintiendo un enorme vacío en el estómago y esas horribles ganas de vomitar, mientras la misma voz que no le pertenecía a Izumi repetía una y otra vez la misma pregunta; ¿Qué has hecho Itachi?, ¿qué has hecho Itachi?, ¿qué has hecho?, todo comenzó a dar vueltas y parecía que no se fuese a detener nunca. Entonces pudo reconocerla entre la multitud sin rostro, Mikoto Uchiha, y todos desaparecieron mostrando el umbral de su casa en el barrio de los Uchiha. Se encontraba parada justo en el centro con los ojos apagados, la mirada sobre el suelo y su dedo índice apuntado en su dirección de modo acusatorio.
Entonces se despertó, completamente exaltado y bañado en sudor frío, con los ojos avellana de Izumi sobre él, que reconoció gracias a la luz de luna que se colaba por la ventana.
—Itachi kun, ¿te encuentras bien?
—Estoy bien— respondió con la respiración agitada.
Izumi notó su extrema palidez a pesar de la oscuridad y su impaciente forma de intenta recuperar el aliento, supo de inmediato que no está tan bien como pretendía hacerle creer.
—Parecías estar sufriendo. Llamé tu nombre varias veces pero no conseguía despertarte.
El Uchiha se levantó del futón con una evidente falta de equilibrio, tambaleándose en el intento. Izumi lo sostuvo por el brazo, mirándole con preocupación, pero sin decir nada. Era evidente que no se encontraba bien, por mucho que se empeñara en disimularlo.
—Necesito aire— pidió con la voz entrecortada cuando la falta de oxígeno comenzó a asfixiarlo. Izumi pasó el brazo derecho del azabache sobre sus hombros, obligándolo a cargar parte de su peso en ella y de ese modo poder llevarlo en dirección a la puerta al exterior más cercana, que resultó ser la de la cocina, que conectaba con el jardín trasero.
—Respira Itachi Kun, ¿qué sucede?— preguntó la chica asustada, cuando la respiración del prodigio comenzó a volverse más superficial.
Itachi no alcanzó a responderle, apenas cruzaron la puerta él se apartó bruscamente de ella, caminando algunos pasos para recargarse sobre el único árbol del lugar y volcar todo el contenido de su estómago tras varias arcadas.
Izumi se acercó a él con precaución, en toda su vida en Konoha ha aprendido que si hay algo que los Uchiha detestan es que se les vean en condiciones vulnerables, son orgullosos y preferirían morir antes de que sientas un poco de compasión por ellos. Por suerte su sangre era mestiza, pues había aprendido de su amado padre que el orgullo no te llevaba a nada bueno.
Posó sus dedos sobre el hombro masculino, tanteando el terreno, pero el chico se encontraba tan descompuesto que no logró percibir el gesto. Itachi se incorporó y ella se acercó más a él para delicadamente llevar sus manos hasta el rostro del chico y apartar los mechones de cabello que escapaban del lazo que sostenía todo el demás cabello azabache. Él la miró con pesar intentando devolver a la normalidad su respiración y aparentar calma.
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Héroe ~Itachi Uchiha.
FanfictionDos segundos de valor podrían cambiar toda la historia... la misma cantidad de tiempo en que un ser humano tiene permitido decidir si pensara con la cabeza fría o actuará por impulso. Uchiha Itachi no es el tipo de persona que se deje llevar, pues e...