—Debo ir a trabajar, lamento tener que dejarte solo Itachi Kun, volveré al caer la tarde.
—Te esperaré, tendré la cena lista.
Esa mañana desayunaron juntos. Izumi se encerró en la habitación para prepararse para su trabajo e Itachi se marchó para darle privacidad.
La tarde transcurrió con normalidad, Itachi había estado fuera todo el día, sin embargo ocultarse el sol Itachi volvió a aquella casa, para cumplir su promesa respecto a la cena.
Izumi se encontraba lo suficientemente cansada como para pensar en cualquier cosa. Caminó mecánicamente a través de la sala principal para llegar a su habitación, mientras buscaba con los dedos las horquillas extraviadas entre su cabello. Encendió las lámparas para iluminar el oscuro lugar y corrió la puerta descuidadamente retirando los pequeños pasasdorcillos, aquellos que mantenían en alto su extravagante peinado, para finalmente guardarlos dentro de una pequeña cajita de color plateado que descansaba sobre el pequeño tocador, no quería extraviarlas.
Observó su reflejo una última vez con el kimono puesto, siempre había pensado que era un Kimono precioso que ella solo utilizaría en una situación o un evento muy especial y no simplemente para ir a trabajar. Aun despues de todo ese tiempo, Izumi no se había acostumbrado a las extravagancias que la tienda de té le exigían. Sonrió para sí misma una última vez antes de deshacer el nudo del obi.
Itachi entro a la casa descuidadamente, con el sigilo que lo caracterizaba, notando la puerta abierta de la habitación, caminó en esa dirección atraído por la imagen de Izumi en un hermoso Kimono color blanco con flores violetas adornandolo, preguntandose si aquella imagen sería real o solo una alucinación. El chico se encontró tan fascinado mirando a la chica que no se percató de que la chica estaba comenzando a deshacerse de su vestuario.
Izumi por su parte estaba tan inmersa en su labor que nunca sospechó la presencia de su discreto espectador.
Dobló cuidadosamente el obi, colocando éste sobre el futón que siempre ocupaba, para después llevar sus manos hacia su pecho, y tomar las orillas del yukata, abriéndolo sin cuidado alguno dejando a la vista sus hombros y su espalda semidesnuda, sinembargo nunca esperó que el reflejo del espejo de jugara una mala pasada, dejando a la curiosa vista de Itachi la imagen más que perfecta de un par de pequeños pero redondos pechos apenas cubiertos por el pretexto de tela que suponía aquel insulso sujetador.
El Uchiha apartó la mirada, permitiéndose apreciar su espalda, sin embargo cuando aquel kimono comenzó a perderse bajo la cintura de la chica, una de las manos de Itachi se apresuró mecánicamente a encontrar la hoja de la puerta, cerrándola de un solo movimiento, obligándose a sí mismo a despertar de aquella hipnótica imagen.
Sus mejillas y rostro se tiñeron inmediatamente de rojo al comprender lo que acaba de suceder. Sin embargo no podía describir aquella escena de otra manera, Izumi Uchiha realmente era fascinante.
Izumi alarmada devolvió el yukata al lugar del que nunca debió ser retirado, como si nunca hubiese pretendido quitárselo y se dió un momento para asimilar su situación. Casi hubiese deseado no observar aquel mechón de cabello azabache mientras la puerta terminaba de cerrarse, su rostro se tornó de color carmesí, comprendiendo que se había confiado demasiado al creer que la casa estaba sola, había olvidado por completo la promesa de la mañana.
Ocupó un tiempo considerable para recomponerse de el vergonzoso momento y poder cambiar su atuendo.
Izumi entró a la cocina apartando la mirada del escrutinio visual que los ojos negros de Itachi se encontraban realizando sobre ella. La mesa estaba servida y él se encontraba ocupando un sitio en un extremo de ésta, al parecer esperaba por ella.
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Héroe ~Itachi Uchiha.
FanfictionDos segundos de valor podrían cambiar toda la historia... la misma cantidad de tiempo en que un ser humano tiene permitido decidir si pensara con la cabeza fría o actuará por impulso. Uchiha Itachi no es el tipo de persona que se deje llevar, pues e...