capítulo #12

567 44 16
                                    

—Quién es?—preguntó Kisame, mirando de reojo la imagen de papel que Itachi portaba en sus manos mientras observa la luna.

—Nadie—el tono cortante había salido por instinto, despues de que el demonio de agua se atreviera a importunar su armonia, ni siquiera se había girado un grado para dedicarle una mirada. Seguramente sus ojos reflejarían sus ganas de asesinarlo por interrumpir aquellos profundos pensamientos. Después de doblar cuidadosamente el papel motivo de aquella conversación, lo guardó bajo su capa nuevamente.

—Si no fuese nadie no llevarías eso contigo—respondió Kisame apuntando al lugar exacto en donde Itachi había colocado aquel objeto.

No es que no lo hubiese sentido acercarse. Pero no esperaba que se atreviera a molestarlo. Kisame es uno de los pocos akatsuki que se dirige a él sin el más mínimo resquicio de temor, o respeto. Incluso parece dispuesto a aceptar el reto de enfrentarse a él si en algún momento llegarán a tal nivel.

—No te interesa.— Cortó tajantemente el Uchiha  con cara de pocos amigos mientras se levantaba de su sitio para caminar de vuelta a su improvisado campamento.

—Es bonita.— Itachi se congeló por un momento en su sitio al escuchar las palabras de Kisame, sintiéndose tentado a girar y asesinarlo con la mirada, probablemente sin ninguna metáfora de por medio. —Aunque por sus inocentes rasgos me imagino que se trata de no más que una mocosa.

El Uchiha decidió continuar su camino e ignorar a su idiota compañero.

—Me pregunto si se sumara a la lista de sanguinarias muertes que cargas en tu conciencia, si es que aún tienes una.

Entonces no pudo evitarlo, todo su cuerpo giró para encarar al impertinente Kisame. Itachi Uchiha le miró de un modo que el demonio azul comprendió de inmediato que molestarlo con ese tema no era una buena idea.

—No—respondió Itachi sin embargo con tono neutro. Se trataba de una respuesta simple para una pregunta que implicaba tantas cosas. Empezando con que Izumi estuvo a punto de formar parte de esa lista de muertos que cargaba sobre su espalda.

Kisame había hablado sobre conciencia. Le gustaría decir que como los verdaderos asesinos despiadados, fríos y sin alma, él no tenía ninguna clase de conciencia, pero por desgracia sí que la tenía, y para su mala suerte aquella conciencia se había encargado de causarle remordimiento por cada pequeño acto que lo llevó hasta ese punto, hasta ese lugar y hasta esa conversación.

Kisame lo miró sorprendido preguntándose si se refería a no tener conciencia o a no haber matado a la chica. En cualquier caso tener una respuesta a una interrogante por parte de Itachi era más de lo que hubiera imaginado. Su ya no tan desconocido compañero de misiones siempre respondía a cualquier pregunta personal con silencio, pero últimamente sumado a su ya de por sí extraño comportamiento, estaba el hecho de que se había vuelto mas conversador que de costumbre, eso considerando que Itachi Uchiha parecía ser mudo la mayor parte del tiempo.

—¿Tu hermana?

—Tengo un solo hermano, menor que yo. Sigue con vida, por si también planeabas cuestionar.

Era una de las pocas veces que Itachi respondía a una pregunta sobre su pasado. Él nunca hablaba de eso, no hablaba de nada en realidad. Era un hombre de pocas palabras, muy, muy pocas, y como tal se había mantenido, hasta entonces. Era serio y poco expresivo. Nunca había visto en él un rasgo de emoción, ni enfado, tristeza, melancolía o felicidad. Lo único que su joven rostro reflejaba era indiferencia, indiferencia por todos y cada uno de los aspectos de la vida, incluso ante la muerte. Pero eso había comenzado ser distinto en ese tiempo, había algo en el Uchiha que lo hacía parecer más vulnerable, más humano, últimamente podía leer quizá un atisbo de melancolía en su mirada. Se perdía por horas, por días enteros en sus pensamientos, estaba más silencioso que nunca, y aunque en un principio le había dado igual el estado de su compañero al final había terminado por sentir curiosidad.

Héroe  ~Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora