Capítulo #5

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     La casa era pequeña, con un estilo totalmente tradicional, un salón amplio en el centro, una pequeña cocina, una habitación y un cuarto de baño. Era todo lo que Itachi se había permitido pagar, sin embargo a Izumi no le desagradó en absoluto.

Llevaba ya algún tiempo habitándola y cada día parecía adaptarse mejor a ella y a su nueva vida. Si lo pensaba bien, era casi como tener su propio piso de soltera, plan que alguna vez hubiese hecho en el pasado, si las cosas no hubiesen cambiado drásticamente.

Izumi se habría independizado de su madre un par de años más tarde, cuando consiguiera aprobar su examen Jounin. Considerando que la niña era un nivel más avanzado que los chicos de su generación, seguramente no habría trascurrido mucho tiempo para que eso sucediera.

Extrañaba mucho su casa, pero sobre todo a su madre, que siempre la recibía con cariño después de terminar una misión. También extrañaba a su padre, aunque a él lo había perdido a una edad muy corta. La misma noche que la vida le había presentado a Itachi Uchiha, aquel niño de ojos negros como la noche, que sin querer le había robado el corazón.

También extrañaba a Shisui, quien se había convertido en su mejor amigo después de que ella e Itachi rompieron su amistad. Él siempre le cuestiono los motivos que la llevaron a alejarse del primogénito de Fugaku Uchiha, pero la chica simplemente culpaba a la falta de tiempo. Siempre le agradecería a Shisui por haberla ayudado a entrenar durante su tiempo libre, todo eso sin duda contribuyó en la mejora de sus habilidades en combate. El Uchiha siempre estaba dispuesto a colaborar con ella, a ser amable y sobre todo paciente, puesto que a Izumi no era tan rápida como Itachi para aprender, y ella era muy consciente de ese hecho. No todos en el clan pensaban como él, pues de cualquier modo ella siempre había sido para el clan una mestiza, ya que su sangre no descendía de dos Uchiha, pues su padre pertenecía a un clan externo, y si bien era cierto que ella era una Uchiha gracias a su madre, no todos en el clan la trataban como tal, usualmente era vista como alguien inferior, incluso cuando la chica se esforzaba por demostrar lo contrario. Y después estaba Shisui, aquel que siempre creyó en ella hasta el último instante en que se vieron. Izumi siempre le guardaría un enorme respeto y admiración.

Ahora gracias a él, podía poner en práctica sus conocimientos como ninja para ayudar a aquella mujer que cuidaba de ella, siendo su guardián durante sus expediciones a aldeas cercanas para obtener provisiones, en los que ella también aprovecha para comprar cosas que ella misma necesita.

Los primeros días ahí fueron los más difíciles, la soledad que llegó a sentir había sido muy abrumadora y la nostalgia de estar lejos de su aldea solo empeoraba su sentir. Muchas noches se encontró a sí misma observando el tejado de la habitación y volteando la vista de vez en cuando al futón vació que aún se encontraba al otro lado de la habitación, el que le correspondía a Itachi.

Ahora tenía cientos de preguntas que hacerle, pero él se encontraba demasiado lejos para responder alguna, probablemente tendría mejores cosas de las que ocuparse, que perder el tiempo recordándola.

Ahora estar en aquella aldea no era tan complicado, su trabajo ayudaba a consumir su tiempo y mantener su mente lo suficientemente ocupada, sus nuevas amigas también ayudaban llevándola a conocer lugares interesantes en la aldea de vez en cuando. Y Satomi, quien siempre se había encargado de llevarla a conocer diversas aldeas alrededor, además de múltiples paisajes dignos de un mural.

...

El despertador sonó y ella abrió los ojos exaltada, buscando a tientas desactivar el sonido espantoso de su reloj despertador.

Observó la hora percatándose de que aún se encontraba a tiempo, aun así debía apresurarse si quería encontrarse con Yuki para caminar juntas al trabajo. Se apresuró a vestirse y a desayunar algo antes de salir de su apartamento.

Héroe  ~Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora