Botón de cerezo.

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      Su rostro reflejaba todo el enfado que sentía en su interior. Labios apretados, entrecejo notablemente fruncido y brazos cruzados. El culpable?, Naruto.

      Sasuke llevaba aproximadamente una semana entera sintiendo aquella desagradable sensación en su estómago, desde que Naruto comenzó a hacer mil gracias para llamar la atención de su amiga pelirosa. Lo peor de todo era que el rubio conseguía su objetivo, acaparar toda su atención haciéndola reír con sus absurdas historias y chistes, o bien molestándola con algo hasta hacerla enfadar. Como aquella vez en la que Naruto se burlo por horas de ella cuando la niña grito al encontrar un pequeño saltamontes en su mochila. Aquel pequeño insecto que el mismo niño de ojos azules se había encargado de colocar ahí. Sakura había pasado todo el transcurso del camino a su casa intentando alcanzar a Naruto sin éxito alguno y al final se había olvidado de despedirse incluso de él. Y últimamente la escena solía repetirse.

      Todo había comenzado una tarde en el patio de la academia, mientras todos se encontraban afuera y uno de los niños había empujado por accidente a su amiga pelirosa haciéndola caer de bruces en el suelo, provocando así la burla de todos los niños alrededor. 

      La niña de ojos verdes estaba buscando a sus amigos para compartir sus caramelos con ellos, hasta antes de que aquel accidente se suscitara. 

      Un chico de cabello negro y enormes cejas le había tendido la mano a la pequeña para ayudarla a levantarse, la niña de inmediato acepto su ayuda con las mejillas teñidas de rojo por la vergüenza y sacudiéndose el vestido al mismo tiempo en que se ponía de pie, le dio las gracias a aquel niño que nunca antes había visto, pero que había sido amable con ella.

    —¿Te encuentras bien?— preguntó el chico de las enormes cejas a la niña de pelo rosa, quien acostumbrado a las burlas de sus compañeros, había visto la oportunidad de ayudar a alguien en una situación en la que él se había visto muchas veces, aunque los motivos fueran distintos. Rock Lee, mejor conocido como el ninja sin talento, había sido objeto de burla de muchos otros niños con habilidades en Genjutsu, Ninjutsu e incluso Taijutsu. Para aquel niño con peinado de jícara la academia no estaba siendo nada fácil, aun así nunca dejó de actuar amable con las demás personas. Y un ejemplo claro era aquella linda niña.

    —Arigato, estoy bien.— respondió la niña ocultando la mirada en el suelo.

    —Eres la niña más... más bonita que he visto— dijo Rock Lee prestando más atención al rostro de la niña, cuyos ojos verdosos no pasaron desapercibidos. Su rostro era muy tierno y sus mejillas sonrojadas la hacían ver muy linda.

   Sakura quien al parecer si podía sonrojarse incluso más agradeció una segunda vez, sintiéndose el doble de avergonzada al sentirse expuesta a la mirada de todos los demás espectadores ante aquel cumplido. 

   Naruto quien se encontraba llegando a aquel patio en compañía de sus amigos Shikamaru y Chouji, observo el amable gesto de agradecimiento que la chica pelirosa le hizo a aquel niño que la había ayudado. Quien rápidamente decidió ofrecerle algunos caramelos que originalmente se disponía a compartir con Sasuke y con Naruto. Dejando al rubio desconcertado y un poco celoso, despues de todo aquellos dulces eran solo para ellos tres, la pelirosa nunca los compartía con nadie más.

     Desde entonces los compañeros de clase de Lee se habían dedicado a hacerle burla diciendo que la chica de pelo rosa era su novia, haciendo gestos de desagrado y de voces cursis. Naruto había escuchado alguna vez aquellas burlas, cosa que había hecho que la actitud del rubio frente al a pelirosa se transformara en un llamado de atención constante. Y Sasuke que había estado ajeno a aquel suceso durante las horas de receso, no comprendía de que iba la actitud de su amigo rubio,  sin embargo de lo que si era consciente el Uchiha era de que  le molestaba a sobremanera que el rubio estuviese actuando tan encimoso con la pelirosa.

      No es que antes Naruto no lo fuera, el niño hiperactivo usualmente se la pasaba intentando llamar la atención de cualquiera, en la academia o en la aldea, pero cuando no estaba con sus amigos Chouji y Shikamaru, el rubio se la pasaba junto a ellos dos y siempre era una silenciosa pero constante batalla por a quien Sakura hacía más caso. Sin embargo esta era la primera vez que sentía algo parecido a lo que sentía cuando Shisui se llevaba a su hermano mayor a entrenar.

     En ese mismo instante Naruto y Sakura se encontraban caminando delante de él, metidos en una discusión acerca de por que razón Iruka sensei había decidido dejarlos a todos sin receso gracias a una broma de Naruto. Mientras el rubio reía y le recordaba lo divertido que había sido y las caras que habían puesto todos, la pelirosa le reprendía molesta. Para su buena suerte los amigos de Naruto lo esperaban en el parque, Sasuke pudo visualizarlos a lo lejos, ese chico que nunca hablaba y siempre dormía en clases de nombre Shikamaru, y el chico que siempre se la pasaba comiendo Chouji. Eran buenos amigos por lo que podía haberse dado cuenta, Sasuke se  relajo un poco en cuanto Naruto los reconoció. Rápidamente se despidió de ambos con un gesto de mano y se apresuro a encontrase con ellos. Sakura por fin detuvo su andar en espera de Sasuke y una vez que este estuvo a su altura comenzaron a caminar al mismo paso. 

     —Sasuke kun—llamó la pelirosa ofreciéndole uno de los manju que su madre le había colocado en la mochila.

     El pelinegro dudo un poco en tomarlos, despues de todo estaba un tanto enfadado con ella, aunque no estaba seguro de el motivo, sin embargo al final decidió hacerlo. Sakura le correspondió con una sonrisa tímida.

    —Vas a ir a casa temprano?— preguntó la niña como quien no quiere la cosa.

    El Uchiha negó con la cabeza, con gesto distraído.

   —Pensaba que tal vez podrías venir a mi casa y comer con nosotros— invitó la pelirosa anticipando una negativa por parte del pelinegro. Después de todo ya se había negado a su invitación un par de veces atrás.

     —Esta bien— respondió el Uchiha intentando sonar aburrido, sin embargo la idea siempre le había parecido buena, aunque tambien el tenía cosas que hacer en su propia casa. Sasuke siempre había sido muy ordenado con sus cosas y tener su casa en una pieza siempre le requería tiempo. Desde muy pequeño la disciplina había formado parte de su educación, y hay hábitos que nunca se olvidan, incluso ahora que no tenía quien se los recordara.

    —Mi madre dice que tu y Naruto son bienvenidos en la casa cuando lo deseen, así que puedes venir a comer cuantas veces quieras.

    —Arigato— responde Sasuke sintiendo una pequeña calidez naciendo dentro de si. La madre de Sakura era tal vez muy informal y expresiva, pero era una buena persona y siempre era amable con ellos. Desde que Sakura los había presentado como sus amigos, la señora Haruno siempre se había comportado como una segunda madre para ambos niños, atendiéndolos como si fuesen parte de la familia, aunque esos momentos no eran muchos. Usualmente Sasuke se dejaba arrastrar solo cuando estaba Naruto, quien siempre hacía las situaciones más fáciles gracias a sus interminables anécdotas. Sin embargo esa era la primera vez que iba a asistir a la casa de su amiga sin el rubio, y la idea le era bastante agradable tomando en cuenta que Naruto se había adueñado de la atención de Sakura en esas semanas. Sasuke no estaba seguro de las razones, pero el hecho de que por primera vez en mucho tiempo Naruto no estuviese parloteando entre ellos le hacia sentir tranquilo. Y su enfado finalmente pudo disminuir lo suficiente como para volver a conversar con la pelirosa como antes.

Sasuke comenzó a comprender que la compañía de Sakura le agradaba más que la de su amigo rubio, y no es que el rubio fuera tan molesto como la gente solía decir, era cierto que a veces parecía un torbellino, pero en el fondo era un buen amigo. Lo que lo hacía preferir a Sakura era la manera en que se trataban. Sakura siempre parecía preocuparse por él, y aunque tambien había visto esa actitud por Naruto, nunca la había visto sonrojarse con el rubio como con el. 

Quizá Sakura le agradaba de una manera diferente, de esa manera en la que los niños hacen burla de otros por gustar de una niña. tal vez fuese de ese modo, pero Sasuke Uchiha nunca lo demostraría.



Héroe  ~Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora