Héroe ~Itachi Uchiha.

Capítulo #9

Tenerlo cerca por aquel periodo de tiempo, así no fuese el más largo del mundo, le había devuelto un poco de ilusión. Era muy sencillo perderse en sus hermosos ojos negros de tupidas pestañas y profunda mirada. Siempre anhelo descifrar aquel enigma detrás de Itachi Uchiha, por eso cuando era una niña se empeñó en convertirse en su sombra hasta que un día reparó en ella y se volvieron amigos.

El silencio era algo a lo que ella está acostumbrada, Itachi siempre había sido así, pero, desde aquel día había algo más detrás de su mirada, algo que ella no lograba comprender y no estaba segura de que fuera algo positivo o negativo.

En esa ocasión en la que la dejó en aquella aldea y prometió volver, ella realmente le creyó, porque no tenían más que el uno al otro, o almenas así lo veía ella, hasta que el tiempo pasó y comprendió que tendría que conformarse con tenerse ella misma el tiempo que hiciera falta, y se acostumbró a estar sola, a su nueva rutina con las nuevas personas que la rodeaban. Pero ahora, que él había regresado para después volver a ausentarse, Izumi no tenía muy claro a donde era que el Uchiha se dirigía. Él había sido muy inteligente al no prometer algo que seguramente no podría cumplir, o tal vez no lo deseaba y ella se había quedado ahí observándole partir con el corazón en la mano, fragmentándose a cada paso que el chico daba para alejarse de ella nuevamente. "Volverá" le dijo aquella mujer a la que siempre terminaba por contarle sus penas. Y desde entonces Izumi no había podido dejar de preguntarse cuanto tiempo tardara él en hacerlo. Temía que en el proceso el simplemente se olvidara de ella. Como ella podría olvidarlo si aún podía oler el aroma de su cuerpo junto al suyo mientras ella se aferraba a él como un moribundo a la vida.

Había muchas preguntas en el aire, para empezar la vida de Itachi fuera de la aldea se había convertido en un signo de interrogación. Y no es que ella no se hubiese atrevido a expresar sus dudas al respecto, sin embargo el vocabulario de Itachi se había reducido a monosílabos y sostener una conversación real con él era una tarea casi imposible. Había mencionado algo sobre misiones fuera de Konoha y sus alrededores y luego simplemente el tema había pasado a segundo plano. Los acontecimientos en Konoha habían transformado lo poco que pudiese haber sido rescatado de una antigua relación de entre ambos.

Itachi siempre argumentaba que había cosas por resolver en Konoha. Cuando ella preguntaba si él se quedaría con ella, pero nunca había respuesta concreta, ni un sí, ni un no. Para ella también había mucho que resolver respecto al caso de los Uchiha, Itachi le había dicho en alguna ocasión que había un plan respecto a un golpe de estado y que tenía que ver con lo que había sucedido, y cuando ella hacía más preguntas él se limitaba a responder que era todo lo que sabía. Algunas veces cuando estaba conversador, le preguntaba respecto a su trabajo, Izumi le contaba algunas cosas al respecto, como que estaba de vacaciones por la temporada, la cual no era muy buena para el negocio, o que había hecho algunos amigos. Pero más allá de eso no había mucho. A Itachi parecía agradarle perderse en el bosque por horas y volver al anochecer, y por lo general parecía que pasaba el tiempo intentando alejarse de ella sin hacerlo del todo, podía marcharse si quería, pero tampoco lo hacía, a pesar de no tolerar por mucho tiempo su presencia. No lograba comprender la actitud del chico Uchiha, ¿es que acaso ella había hecho algo malo?

Entonces una idea cruzó su mente, quizá ella sí que había hecho algo que podría haber causado incomodidad entre ambos. Y llegó a la conclusión de que confesar sus sentimientos por él no había sido lo mejor que se le había ocurrido al sabio Shisui Uchiha.

Últimamente la chica se encontraba a sí misma pensando en la rentabilidad de sus sentimientos por Itachi, pues tal vez lo mejor para ambos era que ella renunciara a tenerlos, no tenía sentido para ella si había tanta distancia y tanto tiempo de por medio. Itachi era el tipo de chico que no pasa desapercibido para ninguna mujer, y no tendría problemas en conseguir a una chica en cualquier lugar al que fuese. Ella lo sabía perfectamente. Había en el mundo cientos de chicas hermosas, incluso de mejor ver que ella, que apenas era una adolescente flacucha en pleno desarrollo con menos pecho que cualquiera de su edad y sin mayor chiste que ser extranjera. Quizá simplemente su destino no era estar con él de la manera en que ella solía anhelar desde un principio.