Soñar es Posible - Capítulo 33

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Aquel sería mi sitio secreto.

Cuando llegué de nuevo a donde se encontraban todos ya estaban recogiendo para irnos. Andé un poco más rápido y los ayudé sin dirigirle la mirada a Niall. A este último lo escuché bufar después de un rato. Cogí mi toalla y la sacudí para quitarle toda la arena que tenía.

Zayn: Pitufas.- Eleanor, Anais y yo nos giramos a verle.- Lo de los insultos de antes eran con cariño. No os habréis enfadado, ¿no?.

Eleanor, Anais y Anabel: Claro que no tonto. Ven aquí.- nos abrazamos los cuatro.

Liam: ¿Nos vamos?.

Jackson: Si, que yo tengo hambre y todavía hay que pararse a hacer de comer y todo.- todos reímos, cogimos las cosas y salimos rumbo a la casa.

Por el camino me encontré a Max. Al verme, me saludó eufóricamente con la mano, al igual que yo a él, para luego acercarse corriendo. Cuando llegó a nuestro lado me abrazó y me susurró al oído “Tengo que hablar contigo, necesito tu ayuda”, y se fue de nuevo.

Niall: ¡Y después dice que no tengo pruebas!.- dijo negando con la cabeza.

Anabel: ¡Cállate Horan y abre los putos ojos!.- cogí las cosas y andé más rápido que los demás.

Liam: Ey, ¿otra vez os habéis enfadado?.- dijo este al llegar a mi lado.

Anabel: Se le ha metido en esa estúpida cabeza que estoy enamorada de Max.

Liam: ¿Qué?.

Anabel: Así reaccioné yo.- me encogí de hombros.- ¿Qué pasa, que no le demuestro lo suficiente que le quiero, que lo amo?.- Liam me abrazó.- No sé que hacer con él, Liam. Cuando mejor estamos viene su puta cabezonería y lo estropea todo.- dije al separarme del abrazo secándome algunas lágrimas que habían salido.

Liam: La verdad, no se que decirte. Este chaval es muy cabezota y como se le meta algo en la cabeza...

Anabel: Lo se.- vi como una bombillita se encendía en mi cabeza.- Gracias por escucharme.- le di un beso en la mejilla y entramos en la casa.

Oye, estaba durmiendo y he visto una bombillita. ¿De dónde salió?.

Tuve un plan.

Dios, déjame apuntarlo. Tú pensando algo. Hecho histórico.

Ja-ja que graciosa.

Subí a mi habitación y solté las cosas encima de la cama. Con el móvil en mis manos salí al balcón. No sé si sería buena idea, pero habría que intentarlo. Justamente cuando fui a marcar un número apareció Niall por la puerta cerrando de un portazo. Lo miré fugazmente y marqué el número. Después de una breve conversación telefónica me cambié de ropa, cogí una mochila en la que metí la cartera, las llaves y el móvil y baje encontrándome a todos comiendo en el salón. Avisé de que saldría a comer e ignorando los comentarios salí de la casa camino a un pequeño bar italiano que había cerca. Cuando llegué ahí estaba él, apoyado en la puerta mirando a todos lados como si estuviera esperando a alguien. Me acerqué hasta él sigilosamente hasta que me vio.

***: Creí que me dejarías tirado lindura.- me dio dos besos.

Anabel: He tenido altercados al salir.- dije después de devolverle los dos besos.

***: Bueno, ¿entramos?

Anabel: Claro.- le sonreí. Entramos al bar y nos sentamos en una de las mesas que había al fondo.

Camarero: ¿Les tomo nota?.- dijo un joven muy apuesto con una libreta en la mano.

Anabel: Yo una fanta de naranja, por favor.

***: Yo una cerveza, y de comer una pizza de cuatro quesos para dos, por favor.

Camarero: Ajam, ahora mismo se los traigo.- asentimos.

Anabel: ¿Y bien?.- me miró raro.- ¿Para qué necesitas mi ayuda Max?

Max: A si, eso.- una risa nerviosa salió de su boca.- Creo que me he enamorado.- dijo en un susurro suficientemente alto como para que pudiera escucharlo.

Anabel: ¿Cómo?. Creo que no he escuchado bien.

Max: Creo que me he enamorado.- repitió en un volumen normal. En ese momento apareció el camarero con las bebidas.

Anabel y Max: Gracias.

Anabel: ¿Y quién es la afortunada?

Max: Se llama Cris.

Anabel: ¿Cris Bayren?.- asintió.- ¿La chica que según tú es nerd y vive en la biblioteca?.

Max: Si, joder, si. ¿También me vas a preguntar que si es la del grupo sanguíneo tal?.- reí.- A mi no me hace gracia.- seguí riéndome.- Vale, sigue riéndote.- suspiró.- La cosa es que no se ni como acercarme a ella.

Anabel: ¿Qué tal yendo a la biblioteca?.- dije con una mirada burlona.

Max: ¡Estúpida, me refiero a hablarle e invitarla a salir!.- dijo mientras reía y me tiraba una bolita de servilleta.

Anabel: Y pretendes que te ayude a eso, ¿verdad?.

Max: Por lo que veo sigues siendo igual de lista que hace tres años.- le enseñé mi hermoso dedo corazón. Nos pusieron la pizza en la mesa. Max cogió un trozo y se lo llevó a la boca achicharrándose.- ¡Ay!.- dijo soltándola rápidamente de nuevo en el plato.

Anabel: Esa es una de las cosas que tienes que cambiar en ti.- me miró sin comprender.- El ir tan rápido. Las cosas necesitan su tiempo. Aunque no todas, porque algunas veces por darles demasiado tiempo empiezan a torcerse.- agaché la cabeza mientras sonreía melancólicamente.

Max: ¿Problemas con Neial?

Anabel: Niall, se llama Niall.- lo corregí.- Y si, he tenido problemas, pero ese no es el caso.

Max: Ey, puedes contármelas si quieres. A lo mejor puedo ayudarte.- bebió un sorbo de su cerveza.

Anabel: Cree que estoy enamorada de ti cuando del que estoy realmente enamorada es de él.- nada más empezar la frase Max escupió toda la cerveza que tenía en la boca.- Creo que será mejor que valla a pedirle un paño.- me levanté y volví con el paño.

Max: Creo que se como puedo ayudarte.- dijo mientras limpiaba la mesa. Paré y lo miré.- Aunque quizás no necesitas ni mi ayuda.- seguí mirándolo sin comprender nada.- A ver, sientate.- me senté.- Bien, estos días, si no te importa, me gustaría que me ayudaras a conquistar a Cris.- asentí.- Por lo que estarás mucho tiempo conmigo.

Anabel: Creo que comienzo a comprender. Crees que al estar tanto tiempo contigo Niall se pondrá celoso.

Max: Creo no, lo sé. Es lo que hará. Te recuerdo que soy tío y se como funcionamos.- asentí.- Volviendo al tema de Cris, ¿sigues teniendo su teléfono?.- asentí.- Bien, ¿qué tal si mañana quedamos para correr todos tus amigos, ella, tú y yo?.- me guiñó un ojo mientras yo rodaba los ojos.- Lo siento, la costumbre.- los dos reímos.- Bueno, ¿qué dices?

Anabel: Trato hecho.

Comimos tranquilos entre risas y recuerdos y, aunque parezca extraño, sin peleas.

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