La voz al otro lado

La Erika del pasado

Observo a mi hija y a Erika la una al lado de la otra durmiendo en su cama.
Llevo observándolas un buen rato sin atreverme a acercarme y a unirme a ellas.
Parece que duermen tan en paz que temo que si me tumbo, toda la tensión y malestar que siento dentro de mi, las despierte e impida dormir como lo hacen. Sobretodo a Erika, porque las malas noticias siguen y no se siquiera como voy a decírselo.

Hace cuestión de una hora he recibido noticias del detective al que puse tras Derek.
El destino es bastante jodido en este caso, teniendo en cuenta como han terminado sucediendo las cosas y lo que se ha destapado en el proceso.
Cuando creí que ya nada podría sorprenderme, la noticia me estalló en la cara.

No se si es debido a que siente mi mirada sobre ella o a que ha debido simplemente despertar, pero ahora mismo estoy mirando fijamente los ojos azules de Erika mientras siento que no la conozco.
Pensé que se había abierto completamente a mi al contarme sobre Derek y Gloria y de como rompió su relación el día de su boda, pero hay más y odio que no haya sido ella quien me lo haya contado.

—¿Por qué no me dijiste que te buscó y te dió una paliza que te dejó en cama por semanas?
—¿Y que hubiese cambiado?
—¡Maldita sea, Erika!
—¡Shhhh! Despertarás a la niña.
—Entonces sal de la cama y baja a mi despacho. Necesito pensar en un plan para atraparlo, y mucho más después de lo que me acaban de informar.
—¿Aun más?
—Creeme, hay más.

*****

Diez minutos y sigue sin bajar.
Estoy empezando a cabrearme.
Quiero subir de nuevo cuando mi abuelo llama y me mantiene ocupado con una conversación acerca de un nuevo proyecto.
Ahora mismo no quiero pensar en ello con todo lo que tenemos encima, pero le atiendo para que no sospeche nada.
Para cuando cuelgo, ha pasado más de veinte minutos.
Justo cuando me pongo en pie para ir a por ella, la puerta se abre y entra.
El pelo rojo se ha ido y en su lugar luce un rubio ceniza que la hace ver muy distinta.
—Erika...¿Que hiciste?
—Tengo un plan. No te gustará. Te negarás, pero seguiré con él de todos modos. Si realmente Derek está asumiendo la personalidad de Craig e incluso siendo él mismo, esto le hará venir a por mi.
—¡No voy a ponerte en riesgo! Nos fuimos de la ciudad por una razón y ni siquiera sabes lo que han descubierto...
—No importa. Tienes que confiar en que se lo que hago.
—No tienes ni idea. Estás actuando de modo irresponsable y no permitiré que te suicides de ese modo.
—No se detendrá hasta que me tenga. Si no da con nosotros, irá a por Susanna o tu abuelo. No importará que tengan vigilancia. Hará lo que sea para hacernos salir.
Da un paso hacia atrás antes de darse la vuelta y acercarse a la puerta.
—Susanna no es quien crees.
Se detiene y escucha aunque no me mire.
—Derek no fue el único que pasó por cirugía. Gloria Mónaco también.
Se encoge ante ese nombre pero aun así se va.
Joder.

*****

Erika

Trato de calmar mi respiración pero me es imposible.
Todo este tiempo, ella supo quien era yo. Me dejó vivir en su casa de la piscina, cuidar a su hija...¿Por qué?
Y luego esas palabras en el hospital...
¿Sentiría ella que me interponía de nuevo?

Me encierro en el cuarto de baño y me lavo las manos mientras espero que terminen de temblar.
No puedo dejar que ninguno de los dos se acerquen a Trevor o a Joley. Amo demasiado a ambos.

Enfrento mi reflejo en el espejo y proceso la verdad en mis pensamientos.
Esa niña conquistó mi corazón desde el primer momento, pero admitir que amo a Trevor es otra cosa.
Supongo que era algo obvio y que terminaría sucediendo.

Unos golpes en la puerta detienen mis pensamientos. Me seco las manos y abro la puerta.
El cañon de un arma es lo primero que encuentro apuntando a mi cabeza.
—Hola, muñeca.