Derek
Llevo más de una semana escondido, evitando a policías.
Supongo que ser un hombre tan poderoso como lo es Trevor O'Connell tiene sus ventajas y solo ha tenido que firmar un par de cheques para poner a todo el departamento de policía detrás de mi culo.
Y todo por esa pequeña putita.
Nadie es tan consciente como yo de como jodió mi vida.Todo el tiempo que he pasado con ella fingiendo ser mi hermano, he tenido que soportar como se hacia la culpable, como si realmente hubiese afectado en algo su vida lo que hizo.
Tuve que fingir que odiaba a la mujer de mi vida, cuando estoy dispuesto a todo con tal de recuperarla, y eso incluye cargarme al hijo de puta con el que me sustituyó.Saco del bolsillo interior de mi chaqueta el frasco de pastillas que me recetó mi psiquiatra cuando todo se fue a la mierda.
Todo lo que tengo que hacer es acabar con Erika y desaparecer. No me costará volver a encontrar a un cirujano que cambie mi rostro de nuevo.
La enorme cuenta bancaria de mi hermano nunca se vio afectada por lo sucedido. Solo la mía.
Todo por ella.
Engullo un par de pastillas y las bajo con un vaso de agua.Tuve que buscar un hotel en el que no me pidiesen identificación y pudiese pagar en efectivo.
He terminado en un cuchitril de carretera, pero sirve por el momento.
Me paseo por la pequeña habitación mientras pienso en como acabar con ella.
Podría hacer lo mismo que hice con mi hermano, pero eso sería rápido y ella no sufriría.
No. Tengo que pensar en otra cosa. Algo que la mantenga con vida lo suficiente para que yo disfrute y vea apagarse esos bonitos ojos azules que tiene.Niego con la cabeza repetidas veces. No. Ella no tiene nada bonito. Yo no soy Craig. Yo no la amo como él lo hacia. No puedo amarla. Llevo demasiado tiempo odiándola.
Me acerco a la cama y cojo de la mesita de noche el archivo con toda la información que Craig consiguió de ella.
Miro su foto, una de las decenas que hay, pero por algún motivo esta debía ser la favorita de mi hermano porque es la que mas gastada está.Recorro con un dedo su rostro y sus labios antes de darme cuenta de lo que estoy haciendo.
No. La odio. La odio.
Arrugo la foto y la sostengo dentro de mi puño antes de lanzarla al otro lado de la habitación.
Es hora de acabar con esto.
Recojo mis cosas y salgo de allí.
Es tiempo de cerrar las cosas pendientes.
ESTÁS LEYENDO
La voz al otro lado
RomanceCuando Trevor O'Connell descolgó el teléfono ese horrible día en el que todo salía mal, no pensó en que la voz más dulce y sensual del mundo cambiaría su vida para siempre. Portada @SoniaLopezSouto Registrado en Safe-Creative Número de registro 1807...