La voz al otro lado

Desesperación

Derek

Por fin la tengo delante.
Ella creyó que escaparía de mi, que podría mantenerme lejos.
Ella es otra ahora. Igual que yo.
Las grandes mentes piensan igual supongo. O quizá las más desquiciadas.

—Hola, amor— amo ver la sorpresa en sus ojos azul hielo. Eso es lo único que sigue siendo igual. Lo único que me permite reconocerla bajo ese aspecto que es tan distinto al que era hace siete años.
—¿Craig?
—Craig está muerto, muñeca.
El reconocimiento de ese apodo esta escrito por todo su rostro.
—Derek...
—Veo que no me has olvidado, Gloria. ¿O debería llamarte Susanna?
Sus ojos se vuelven aun más fríos, antes de esbozar una sonrisa que conozco muy bien. La misma que me dio cuando le pregunté porque se había llevado todo mi dinero.

—Bien, me has descubierto. ¿Y ahora que, amorcito?
Detesto que me llame así.
—Ahora voy a joderte tal y como tu hiciste conmigo. Sé que hay algo o más bien alguien que lo es todo para ti. Tu me arruinaste, pero creo que perder a tu hija será venganza suficiente para ti.
Se tensa ante mis palabras y su mano encuentra mi cara.
—Si te atreves a acercarte a mi hija desearas no haber nacido.
—Lo que no entiendo es como has podido estar cerca de ella. ¡Erika nos destrozó la vida!
—Yo no lo creo. Al final me hizo un gran favor porque acabé con alguien mejor.
—Y te dejó—.Quiero herirla más que nunca, así que la agarro del pelo y tiro con fuerza de ella hasta mi y junto nuestras bocas mordiendo su labio dispuesto a herirla todavía más.
Se aparta de golpe, sorprendida de que su labio esté sangrando.
—¡Hijo de puta!
—Te mereces eso y más. Puede que hayas pasado por debajo de un bisturí, que hayas cambiado tu rostro y color de pelo, pero bajo todo eso sigues siendo la misma hija de puta que eras. Puede que te has encariñado con esa niña, que debería haber sido mía, pero no me trago que no quieras joder la vida a Erika Summers y a su ahora novio, también conocido como tu ex marido.
—¡Vete a la mierda, Derek!
Tengo que decir que disfruto al verla perder la paciencia, pero más disfrutaré cuando acabe con Trevor O'Connell y tenga a Erika solo para mi. Como siempre quise.
No. No. No.
No la quiero. Yo no soy Craig. No soy Craig. No soy Craig. Y aun así...

Me lanzo hacia Gloria. Ella todavía es el amor de mi vida.
Beso sus labios. Lamo el rastro de sangre que dejé antes y me pego mas a ella aunque intente apartarme, aunque golpee mi pecho con sus puños o arañe mi rostro, porque todo lo que quiero es borrar la imagen de Erika Summers y su sonrisa de mi cabeza.