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— Saludar. — resopló Yuta, con su típica voz y apariencia despreocupada. — ¿Qué más podría querer?

Lo directo que fue JaeHyun con sus palabras había sorprendido a más de uno en la sala, dándoles a entender que aquello seguía siendo aún un tema tabú que nunca debía ser tocado.

— Aún así. — rodó los ojos el castaño con evidente fastidio. — Creí haberle dejado lo suficientemente en claro que no quería saber nada más de él en toda mi vida.

— Conoces su forma de ser, era obvio que las cosas no saldrían tal y como las planeaste. — lo interrumpió TaeIl. — Te sigue amando con la misma intensidad hasta el día de hoy, pero sigues prefiriendo ignorar el tema, y, además, la obsesión que tiene contigo.

Esas palabras le cayeron como un balde de agua fría, tanto que quiso abrazarse a si mismo para protegerse de aquel frío que, de nueva cuenta y desde que se atrevió a terminar esa relación, volvía a invadir su cuerpo. Y es que, demonios, odiaba tanto esa sensación que se le hacía casi imposible respirar de la rabia que eso le provocaba.

— ¿Hay algo que tratar? — espetó, comenzando a tensar los músculos debido a su enfado, que con cada segundo, iba en aumento. — Tu mismo fuiste testigo de mi depresión debido a ello, y de como intenté repetidas veces acabar con mi vida por culpa del gran afecto que le tenía.

El tono de voz que el menor empleó inquieto al ojinegro, haciendo que se encogiera de hombros por la verdad tan dolorsa y el significado que escondían sus palabras. Tanta fue la gravedad del asunto que en repetidas ocasiones fue necesaria la ayuda de un psicólogo para impedir que JaeHyun volviera a atentar contra su vida de nuevo.

— Hay veces en las que incluso deseo volver a ser tan expresivo y enérgico como antes, pero no puedo. — su voz bajo varias octavas, perdiendo fuerza. Y eso sorprendió a TaeIl, porque desde todos esos incidentes, JaeHyun no se derrumbaba con facilidad, excepto claro, al hablar de ese tema. — Simplemente no puedo. E incluso, puede que TaeYong este pagando por eso.

Al darse cuenta de que había incluido a TaeYong en esa ultima oración, su corazón se estremeció. Puede que haya sido más la sorpresa de mencionarlo aún cuando él era totalmente ajeno a todo lo que estaba pasando que el querer ignorar que aquellas palabras que acababa de pronunciar ocultaban algo más.

Pero eso no importaba si se sentía atrapado en un laberinto sin la capacidad de amar verdaderamente otra vez.

— Lo sabemos, y no tienes ni idea de cuanto lo sentimos. Pero tu más que nadie sabe que la vida sigue, y que derrumbarse de esta forma por un amor no correspondido es lo último que tu yo del pasado habría querido. — Yuta se acercó por su espalda, colocándole una mano sobre su hombro con ese gesto de hermandad que, de vez en cuando, extrañaba.

— Por eso es que creo que TaeYong puede serte de gran ayuda para superar todo esto. — interrumpió TaeIl, aclarando su garganta como si para él fuera difícil hablar de eso. — Él también pasó por situaciones complicadas en el pasado, pero he notado que, a tu lado, no parece el mismo hibrido que escogimos para ti ese día.

Sin darse cuenta, JaeHyun esbozó una sonrisa. No iba a negar que había algo de sentido en lo que TaeIl acababa de decirle, pero él ya no tenía confianza en si mismo. El híbrido y él no habían empezado con buen pie, pero al final de todo, fueron capaces de superar sus diferencias para construir un vinculo sano desde un inicio. Pero si permitía que todos los fantasmas de su pasado volvieran a atormentarlo otra vez como había estado ocurriendo desde hace dos años, no se perdonaría lastimar a alguien tan puro como lo era TaeYong.

Half » JaeYong; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora