XVII

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─ ¿Funcionará? ─ musitó, levantando su más reciente y eficaz hallazgo. ─ De todas formas, no puedo pensármelo mucho. Debe estar esperándome.

Sin dar muchas más vueltas, TaeYong fue a colocarse el bañador que, por suerte, Irene se encargó de comprarle por si una situación similar a aquella se presentaba. Agradeció ese gesto en silencio mientras se desnudaba y, finalmente, estuvo listo para bajar hacía la piscina.

Pero antes de salir de su habitación, y como si de un gesto totalmente automático se tratara, echó un vistazo a su apariencia en el espejo, sin encontrar nada realmente inquietante más que lo que yacía en su espalda. Fue entonces que tomó una camisa blanca, lisa, y totalmente limpia de su armario para colocarsela y, en esta segunda ocasión, permitiéndose sonreír forzosamente ante la imagen que vio plasmada en el cristal.

Ese día en particular, el sol brillaba con intensidad, filtrando su calidez a través de los innumerables ventanales que decoraban la enorme mansión. Bajó las escaleras a trompicones, sintiendo su cuerpo ligero como el de una pluma y un cosquilleo en el pecho que se acrecentaba cada vez más a medida que se acercaba a la zona del patio trasero.

No podía decir que esa sensación le pareciera del todo agradable, por lo que antes de salir por la puerta francesa, buscó con rapidez la caja que contenía los supresores que había escondido vagamente detrás de una repisa. Tomó una píldora para tratar de brindarse a si mismo la calma que le hizo falta horas atrás, temiendo tener que acercarse al humano todavía más de lo que ya lo había hecho.

Con una gran y última bocanada de aire dentro de lo que consideraba un enorme y ventajoso espacio personal, salió de la casa lo más tranquilo que pudo. El sol dándole directo en los ojos le molestó, estando poco acostumbrado a permanecer largos periodos de tiempo en el exterior y respirando aire fresco.

Lo primero que lógicamente se puso a hacer fue buscar a JaeHyun inmediatamente por toda el área de la piscina, y, sorpresivamente, no encontrando a nadie en el proceso. Alzó una ceja, creyéndose incapaz de llegar puntual a un lugar en toda su vida hasta ese día, y encongiendose de hombros al pensar que probablemente lo había olvidado y levantarse temprano no había valido la pena.

Pero ya que el día estaba precioso, y él no desaprovecharia la oportunidad de broncearse un poco para deshacerse de esa palidez fantasmal que se extendía a lo largo y ancho de todo su cuerpo, decidió meter los pies en el agua y quedarse allí un rato más.

El cambio de temperatura en su cuerpo le provocó leves escalofríos, se sintió excesivamente bien recibir una oleada de frescura, sobre todo si se atrevía a rememorar el calor abrasador que envolvió su cuerpo la noche anterior. Frunció el ceño al pensar en ello, preocupándose de sobremanera por lo que pudiera ocurrir en los próximos días al tener a JaeHyun cerca, y permitiendo que su olor llegara hasta su nariz.

La mayoría de los híbridos de su raza tenían la particularidad de dejarse llevar por sus sentidos y divagar entre los múltiples pensamientos que cualquier reacción o sensación pudiera generarte, siendo muy poco capaces de mantener su atención fija en algo por largos periodos de tiempo. Por suerte para él, sabía controlarse muy bien, pero todas sus habilidades se iban a la mierda cuando su periodo de celo comenzaba.

Quizás fue por ello que no fue capaz de detectar la presencia de alguien más junto a la suya, siendo salpicado en el rostro por unas cuantas gotas que la sorpresiva salida de JaeHyun del agua provocó. Decir que se llevó un simple susto fue poco, la rigidez de su cuerpo y facciones lo delataban.

Half » JaeYong; NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora