Allí, recostado sobre el lado izquierdo de la cama que nadie jamás había ocupado, estaba él.
¿Por qué aún seguía ahí?
TaeYong se sintió un maldito psicópata al estarlo observando durante, según él, al menos cinco minutos. Pero la figura inerte de JaeHyun tan cerca de su cuerpo le había perturbado.
Sus pensamientos eran difusos. Pensó que quizás debía apartar la mirada, que aquello no podía estar bien, pero no lo hizo. Forzó una mueca al intentar comprender esa nueva emoción que, supo, había surgido dentro de sí, aunque la respuesta no apareció.
No, debía seguir pensando. ¿Qué era aquél sentimiento? ¿Cuál era la causa de qué se negara a ponerle un nombre?
— ¿Qué es? — murmuró, tan suave y quedo como una canción de cuna.
Quizás no era tan difícil como lo parecía, pero algo debía de estar haciendole más complicada la tarea. No hacía mucho que esa sensación extraña había aparecido, manifestándose en forma de sueños y comportamientos poco habituales.
Mierda. Vivir era una tarea demasiado compleja.
Había empezado a morder la piel de su dedo pulgar en cuanto JaeHyun se removió, provocando que su cuerpo diera un pequeño salto hacía atrás, y que esa expresión molesta pasara a transformarse en una de espanto.
El corazón le latía con fuerza. Definitivamente, no quería que JaeHyun le descubriera observandolo fijamente mientras dormía, pero apartar la mirada de aquellos rizos castaños le fue imposible.
No. Todo era digno de admirar.
El cabello le caía en pequeños mechones sobre su frente, y sus labios estaban entreabiertos. Dormía tan pacíficamente que su respiración era suave y lenta.
Pero todo lo demás pasaba a segundo plano al ver sus brazos, espalda y pecho contrayendose con cada respiración.
TaeYong tragó saliva.
JaeHyun era guapo.
La puerta se abrió con una fuerza violenta, y ladridos acompañaron al pequeño remolino café que, y luego de haber recorrido toda la habitación prácticamente en menos de cinco segundos, saltó sobre la cama.
— Detente. — gruñó con voz ronca, levantando al cachorro con sus manos para que no pudiera seguir llenando de babas su rostro. — Desperté. — se quejó, dejándolo sobre el colchón.
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Half » JaeYong; NCT
FanfictionTaeYong y JaeHyun no imaginaron llegar a conocerse. Creen que el destino es cruel, pues con su mutua presencia evocan cosas no muy agradables de recordar. Pero puede que al fin, un resquebrajado corazón haya encontrado su...