Half » JaeYong; NCT

XXIII

[TaeYong]

¿Alguien tendría el valor para creer lo que acababan de leer mis ojos?

Como cualquier persona en la situación de Mark, o incluso en la mía, habría querido excusar la noticia diciendo que se trataba de una vil mentira, que los resultados eran erróneos. Quizá por eso estudié de reojo la expresión de la persona que tenía junto a mí en búsqueda de algún signo que le diera fundamento a mi creencia de que todo estaba mal.

Pero Mark lucía tan blanco como un trozo de papel.

Bastaron unos escasos diez segundos para que su cuerpo se tambaleara de atrás hacía adelante, meciéndose casi con dulzura en un vaivén que terminó por hacer que mis brazos lo acunaran contra mi pecho. Había perdido el conocimiento, y yo no podía asegurar que sabía siquiera en donde me encontraba.

Dejé a Mark con delicadeza sobre el colchón, siendome imposible no mirar en dirección hacía su vientre, en dónde esa pequeña criatura estaba gestándose, y creciendo cada día.

Quise gritar, pero en vez de eso llamé a JaeHyun.

— ¿Vas a decirme que ocurre para que marques a mi celular viviendo en la misma casa? — su voz sonaba aterciopelada, adormilada.

— Es un bebé. — dije, no sabiendo con exactitud de dónde saqué la fuerza para pronunciar aquellas palabras.

— ¿Qué?

— No era una infección estomacal. — expliqué, comenzando a sentirme mareado. — Es algo mucho, mucho peor.

JaeHyun tardó un un par de segundos en contestar, y en ese lapso de tiempo, dejé de sentir su respiración.

— Llamaré a JungWoo. — colgó, y si no fuera por el retumbar de sus pasos apresurados resonando en mi oído, habría jurado que él era la persona más calmada de la casa. 

Aproximadamente media hora después, tanto JungWoo como TaeIl y DongHyuck habían llegado y subido al segundo piso. Este último se había mostrado distante a comparación de los otros dos, que mantenían una extraña combinación de horror y sorpresa entremezclados en sus expresiones. Armado con todo su equipo médico, JungWoo se acercó hacía la cama en donde el cuerpo inerte de Mark yacía inconsciente, y sin señales que afirmaran que despertaría pronto.

— ¿Dónde están los resultados? — cuestionó JungWoo en mi dirección, pero yo estaba más dormido que despierto.

Debía admitirlo; no quería estar en la habitación. Le tendí la hoja de papel con apremio, dándome cuenta en el proceso de que estaba temblando. El veterinario la leyó con rapidez, y a medida que captaba toda la información, la frustración se plasmaba en sus facciones.