No existe un nosotros [KaiSoo/JungSoo]

I. "No te perdono, JongIn"

 Billie Eilish - Ocean Eyes

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Fue muy difícil para KyungSoo el despegarse de JongIn, y no por el hecho de que muy en el fondo quería permanecer a su lado sino porque el moreno no aceptaba el divorcio. 

KyungSoo se había quedado la noche en la que se fue de casa con JongDae, y por alguna razón aparente JongIn estaba la mañana siguiente ahí mismo, en el departamento de su amigo porque tenían que hablar con seriedad y arreglar las cosas. Cosas que ya no tenían ningún significado para KyungSoo. 

Recuerda que cuando despertó gracias a las náuseas matutinas, JongDae estaba discutiendo con alguien en la entrada por lo que se asomó a ver lo que pasaba ahí. Para su mala suerte, la persona con la que estaba discutiendo el rubio era con su, en ese entonces, aún esposo:

"— ¡Quiero hablar con KyungSoo! Por favor, dile que estoy aq-... KyungSoo, bebé.

— ¿Ya firmaste el divorcio, JongIn?  

  — Amor, por favor. Hablemos.

— No, no hay nada de qué hablar— Dijo tranquilo— Quiero que firmes esos papeles cuanto antes, no quiero seguir siendo tu esposo.

— Soo, no tienes porque hacer esto...

— Eso querías ¿No? Hace poco me dijiste que tal vez no querías que yo siguiera siendo tu esposo, pues bien, lo estoy cumpliendo. Ahora vete, sólo quiero que nos veamos para cuando tengamos que ver lo del divorcio."  

Nunca había sido tan duro con él, ni siquiera sabe de dónde sacó esa manera de hablarle tan distinta, firme y con parsimonia, porque sin que JongDae lo viera él estaba llorando de dolor durante la noche, acariciando el bulto de su estómago mientras le susurraba lo terrible que le dolía el corazón al saber que la primera persona que realmente amó ya no lo quería, que le había sido infiel con una chica tal vez mucho más hermosa, joven y de bonitas curvas. Esa noche, lloró como nunca lo hizo en toda su vida, dejando que el sufrimiento de su alma se despedazara con lágrimas, gritos ahogados y muchos, muchos recuerdos que serían olvidados en el pasado. 

El ver a JongIn ahí parado fue el quiebre para que tuviera ganas de ir hacia él y golpearlo por todas las cosas que le dañaron, de gritarle todas las barbaridades que se merecía. Pero aquellos pensamientos de su mente desaparecieron poco a poco cuando JongIn comenzaba a llorar conforme hablaban en la sala del rubio.