Capítulo 27

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Su cabello permanecía peinado hacía atrás, su labio inferior era decorado por una herida y sus ropas lucían radiantes como si hubiese vivido en ese entorno acomodado toda la vida. Aquella habitación era lujosa, papel tapiz de un seductor color rojizo, un piso de manera oscuro y reluciente, sillones y cortinas elegantes con detalles dorados donde sea que mirara.

— Te gusta aquí? — Preguntó aquel hombre al otro extremo del sofá con sus manos sobre los hombros de una Omega de largos cabellos rojizos y hermosos ojos verdes.

— No... — Dijo odiando ese lugar, rodeado de Alfas siendo atendidos por Omegas. Con las feromonas rodeando por completo siendo realmente empalagoso, una chica rubia que permanecía sentada a su lado se acercó aun más para aferrarse a su brazo.

— Oppa! No te gusto? — Preguntó con esa voz femenina y simplemente desvío la mirada de esas facciones delicadas, no le atraía no tenía ojos para nadie más que Jimin.

— No me llames así... — Dijo alejándose de esa Omega, quitando esas manos de su brazo.

— No seas tímido — Chilló riendo con coquetería volviendo a pegarse a su cuerpo con descaro.

— No me toques! — Gritó furioso al sentir como ese chica tocaba su pierna en un intento de seducirle. Cansado de ese ambiente se levanto dispuesto a salir del lugar pero la voz de su progenitor le hizo detener.

— Así que Park Jimin... — Dijo sacando unos documentos de su portafolio. Jungkook se quedó completamente quieto al escuchar aquel nombre pronunciado por el mayor. — Es más hermoso de lo que pensé... No crees que este lugar sería adecuado para él? — Agregó; JK levanto la vista mirando ese lugar repleto de Omegas con una belleza exorbitante y entonces trago con dificultad al imaginar a Jimin siendo acariciado por Alfas, obligado a comportarse, siendo sumiso y servicial. — Cualquiera podría disfrutar de esa piel... — Escuchó decir con regocijo, entonces fue consciente de lo injusta que podía llegar a ser la vida, en lo cruel que sería si por su culpa Park terminara de esa forma, siendo lo que tanto odiaba de si, ya que al igual que él no podían simplemente adecuarse a su propia naturaleza.

— Es suficiente! — Gritó arrojando una botella de vino y copas al suelo al apoyarse en la mesa como si fuera a caer, cubriendo su rostro sintiendo como comenzaba a sudar frío. — Es suficiente... —

— Comportate o no me haré responsable de lo que pueda pasar... — Dijo por último para ver como Jungkook volvía a sentarse con la cabeza gacha dejando que esa Omega se abrazara a él. — Buen chico! —

La horas transcurrieron en aquel lugar siendo atendido por esas chicas, no había movido un solo músculo en horas y ya entumecido se dejo caer sobre el respaldo de ese lujoso sillón de cuero negro. El aroma pronto cambio y supo que debía haber algún Omega en celo, pero poco le importó se encontraba tan sumido en sus pensamientos que fue el único alfa que no levanto la mirada para mirar a la chica que había entrado a la habitación escoltada por dos Omegas más.

— Señor Jeon, es un placer tenerlo en nuestro edificio como siempre! — Aquella Alfa sonrió satisfecha encendiendo un cigarrillo.

— Traje a mi hijo para divertirse, tienes lo que te pedí? — Jeon ignoró todo perdiéndose en el recuerdo de esa noche, en el dulce sabor de esos labios, en la suavidad de esos cabellos, en esa mirada al abandonarle en el interior de ese vehículo.

El castaño se removió al sentir como esa esencia se volvía más fuerte y pronto el peso de algo sentándose sobre sus piernas le hizo saltar para enfocar la vista en esa persona. Abrió los ojos en sobre manera para encontrarse con aquellas facciones agradables que conocía tan bien, era Jimin o al menos eso creyó por un momento hasta que esa alucinación se esfumó dejando a la vista un muchacho rubio de piel blanca pero que definitivamente no era ese hyung.

No me llames Omega | Kookmin × Taejin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora