Capítulo 19

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Los ojos del conde seguían fijos en su principal objetivo, sin soltar esa mano tan suave y con delicados dedos de uñas limpias y brillosas. Ninguno dijo nada, la dama no sabía que decir al respecto de esa palabras tan curiosas y temerosas al mismo tiempo era algo parecido a un <Tenemos que hablar> pero éste era suave, unas palabras con sentimiento y delicadeza que hacían tranquilizar las pulsaciones.

Los labios de _____ comenzaron a secarse, tenía que decir algo antes de que se quedara sin aliento a la situación ya que no podía tolerar un silencio tan incómodo por tanto tiempo, no le quedaba otra que aceptar. No pudo articular ni una sola palabra, solo afirmar la petición con su cabeza en señal de "si". El conde sin dudarlo un poco mas tironeó de la mano que el sostenía ya hace varios minutos caminando con ella hacía su despacho donde todo había comenzado desde un primer momento.

Cerró la puerta al dejar pasar a su compañera, intentaba recordar que palabras usaría para eso, no era tal cual como lo aparentaba pero lo que debía hacer probablemente no sea el gusto de _____ ni de ninguna persona normal en esa situación.

Se sentó en su silla y ____ en otra, sus ojos se encontraban con el del contrario un tanto nerviosa, sin embargo el que moría de pánico era el conde.

-¿De qué querías hablarme?

-Bueno... Es bastante complicado, pero debes ayudarme en esto al menos hasta que las cosas mejoren.

-¿De qué hablas? -Insistió ella.

-Quiero hacer un acuerdo contigo y dejar las cosas en claro, necesito tu colaboración en esto.-El conde dio un suspiro profundo dando a entender que comenzaría al grano.- Como sabrás, Elizabeth era mi prometida... Ahora que ella está muerta los Midford no van apoyarme si me caso con otra mujer de Inglaterra, aunque no lo tengo muy en claro.

-¡Ah! Si, cuando estuve con su hermano me habló de ese tema...

-¿Qué es lo que te dijo?

-No permitirán que tengas otra prometida vulgar de Inglaterra ya que ninguna mujer se compara con su hija Elizabeth, de todas formas dijo que si encontrabas una mujer perfecta ellos podrían apoyarse a seguir adelante, ya que te aprecian.-Dijo de forma pensativa.- En mi opinión encontrar a una chica como Elizabeth es imposible...

-Yo no diría eso...

-¿Conoces a alguien parecida? -Los ojos de Ciel se quedaron viendo fijamente a la dama sonriéndole un poco queriendo decir algo al respecto.- ¿Qué me miras tanto? -No hubo respuesta.- No me digas que...

-Así es.

-No, sabes que no me gustan las bromas, déjalo ya.

-No es una broma.

-¡Claro que sí! Debes haber enloquecido.-Ella se levantó de la silla apoyando sus manos en el escritorio.- No digas tonterías Ciel Phantomhive.

-No estoy diciendo tonterías, te estoy pidiendo un favor grande.-El también se levantó haciendo exactamente la misma acción que ella.- Se que es una locura y tal vez una falta de respeto hacía ti pero necesito que me ayudes en esto.

Ella se quedó en silencio sin poder creer lo que el conde Ciel le estaba pidiendo, ¿Estaba tan perdido como para pedir semejante locura? No era creíble que el estuviera jugando u otra forma quedando en ridículo, por eso mismo quedó la opción de que era totalmente cierto lo que el le estaba pidiendo. Sin embargo casarse con un conde legalmente no era algo posible, aunque su vida en ese momento no tuviera algún sentido sabía respetarse pero el conde la había ayudado en varias cosas y sin el tal vez hubiera quedado muerta por algún callejón.

-Déjame pensarlo... A pesar de que no es una decisión seria me sé respetar como para negar ser usada como esposa.-Ella se separó del escritorio.- Antes que preguntes, me iré a resolver el caso.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora