Capítulo 31

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La luz del son entró por la ventana, las cortinas estaban abiertas par en par sin piedad en los rostros de ambos jóvenes que dormían plácidamente sobre esa cama algo gastada. Ciel fue el primero en despertar, sus ojos automáticamente se dirigieron a lo primero que quería ver, _____. Sonrió aún somnoliento  llevando una de sus manos a la mejilla de la chica, hacía ya tiempo de no contemplarla dormida y eso le ponía de buen humor de momento. La ultima vez que la vió dormida fue cuando eran niños, pues si, desde que los separaron nunca han tenido la posibilidad de reencontrarse durante el transcurso de su niñez y pre adolescencia, y justo cuando pensó que su vida era aburrida ella vuelve aparecer… Pero al igual que el, no era la misma persona, esa niña alegre e inocente fue cambiada por una chica seria y reservada, aún así ambos mutuamente pudieron mostrar sus verdaderos sentimientos, o eso creía.

Ciel pensó profundamente, _____ había sido su primer amor desde niño, ¿Era posible borrar esos sentimientos? Eso lo creía imposible, pero aún tenía muchas dudas de lo que ocurrió desde el momento que llegó _____, lo primero fue la muerte de su anterior prometida y prima, Elizabeth, la misma fue resucitada por Undertaker como una “prueba” aunque este mismo lo hizo por diversión ya que no le importó el hecho de que Sebastian la haya destruido, el punto aquí era… “¿Quién mató a Elizabeth?” ese caso nunca fue resuelto y la policía nunca pudo encontrar al asesino.

-¿Ciel? –Llamó la chica algo preocupada, el ver al conde tan perdido en sus pensamientos era algo normal pero ya era exageradamente de lo extraño. El nombrado al escucharla fijó su mirada en ella.- ¿Sucede algo?

-No, nada importante, estaba pensando en lo que debemos hacer hoy.-Mintió por el momento, era demasiado temprano para comenzar el día hablando de algo muy pasado.

Escucharon tocar la puerta, por supuesto era Sebastian quien traía el té de la mañana como siempre lo hacía, se volvió una rutina diaria.

El mayordomo pasó a la habitación luego de haber escuchado la afirmación de su amo a que pasara, entró con una bandeja grande en su mano, era obvio que en ese hospedaje no tendrían un carrito como en la mansión, tampoco tazas de la mas cara porcelana, pero Sebastian se tomó el lujo de traer las distintas hierbas que usaría para preparar los tes, así al menos tomarían en una taza de baja calidad pero el Te tendría el mismo sabor de siempre.

-Joven amo, por lo que tengo entendido hoy comenzaremos la investigación para dar fin a este caso, ¿No es así? –Dijo estando parado al lado de la cama, en específico en el lado donde la chica estaba sentada, por preferencia propia.

-Así es, no podemos perder tiempo.-Dijo seco, acabando de tomar el té, se levantó de inmediato por lo que la chica hizo la misma acción sabiendo que el conde ya se cambiaría. Agarró el vestido que estaba ya preparado colgado en una silla, era algo sencillo así que no hubo problema en que ella misma fuera al baño y se lo colocara.

Pasaron pocos minutos en el cual ambos estaban ya vestidos, como iban a salir al pueblo no usaron ropas mas decentes para un pueblo humilde como aquel. Salieron de la habitación y tan pronto como pasaron por el comedor se encontraron con Evi, el niño con un aura tranquila y amigable.

-(Otra vez, supónganse que habla francés) Oh, buenos días. ¿Van a desayunar aquí?

-No, gracias. Tenemos que ponernos en marcha con la investigación del caso.-Dijo Ciel en el mismo idioma, ____ aun miraba extrañada, su expresión decía claramente que no entendía absolutamente nada.

-Si no les molesta, yo puedo ayudar en el caso, no quiero meterme en sus asuntos pero se que puedo servir de ayuda.

-¿De verdad? Bien, si es así puedes ayudar, de todas formas no conocemos muy bien el lugar.-Suspiró el conde desganado.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora