Capítulo 25

142 13 1
                                    

El conde estaba sumido en sus pensamientos mientras terminaba de realizar su trabajo, llenando y leyendo papeles de poca importancia en esos momentos, dejaría todo listo hasta que llegara su mayordomo. Aun así no podía mantener su cabeza despejada y tranquila, debió preocuparse de ella mucho antes… Anoche cuando no apareció para cenar era el mejor momento para ir a verla, pero no pudo, no lo hizo, se sentía tan inútil.

Dejó los papeles sobre el escritorio mientras se apoyaba contra el respaldo de su silla y fijó su mirada en el techo, entrando en sí. ¿Desde cuándo se preocupaba por alguien? Ni siquiera con Elizabeth llegó a preocuparse tanto. Sus sentimientos, esos sentimientos desgraciadamente no era el único que sentía eso hacía aquella dama, sabiendo el como es, se convirtió en algo que cualquiera quisiera tener a su lado para ser feliz. Una dama hermosa, amable y humilde… Su cambio si había sido bueno… En cambio el no.

“¿Qué lo que hiciste dentro de mí?” pensó Ciel devastado, ella había colocado un sentimiento hermoso desde que eran niños. Y casi olvidarse de eso sería un pecado que ni su alma pudiera pagar.

Tocaron la puerta, por supuesto que era Sebastian, ¿Quién mas podría ser? Afirmó que pasara, no tardó en entrar. Tenía unos papeles en su mano y sonreía de forma burlona ya que sabía el estado de su amo, aunque el mismo no se podía negar que le picaba un poco la preocupación.

-Le traigo lo que usted me ordenó.-Sebastian se acercó para entregarle los papeles.

Ciel comenzó a leerlos, cada nombre era de una dama diferente, y como esperaba la gente que compraba los anillos eran auténticos nobles.
Decidió salir y seguir investigando, no eran muchos las personas que habían vuelto a sus respectivos hogares con vida, apenas tres de todos los cuerpos que encontraron.

Su primer destino y el mas cercano era la familia Williams, una familia noble de bastante dinero que manejaba una chocolatería. Para su suerte se encontraban en su mansión, no era tan grande, podía ser menos de la mitad que la mansión de los Midford. Los Williams lo recibieron con gusto al saber que solo querían investigar el caso para atrapar al secuestrador, la dama que había sido capturada salió de forma tímida, tenía alrededor de 19 años o mas, eso no importaba por eso no se le fue preguntado.

-No logré verles el rostro…-Dijo la chica.

-¿”Verles”? –Cuestionó Ciel.

-Sí, eran dos mujeres y dos hombres… Los escuché conversar mientras  estaba tirada en el suelo, querían venderme a una familia extranjera, así comprarían mas diamantes para los anillos que seguirán trabajando.-Contestó ella.

-Venderte al extranjero… Bien, ¿Algo mas que hayas oído? Es lo único que puedes decirme.

-No recuerdo, no he estado consiente todo el tiempo, sino lo hubiera recordado. Solo se eso, disculpen que no pueda serles de ayuda.

-No te preocupes, es suficiente, nos retiramos. Gracias por dejarnos pasar.

Salieron, ya tenían un dato algo escaso pero podía servirles en algún momento si reunían una cantidad considerable de pistas, tal vez sí, o tal vez no. Pero lo único que podían hacer es esperar que los demás estuvieran presentes y supieran mas de lo que esa chica pudo decir.

Vender personas para ganar dinero se estaba haciendo muy común, pero nunca creyó que encontraría mas de un caso relacionado con ese tema.

-¿No cree que lo mismo pasó con la señorita ____? –Comentó Sebastian, el hecho de que Ciel supiera quien era la dama estaba bien, pero tal vez no sabía en lo mínimo el como llegó. Como hizo una promesa con la joven no iba a decirle directamente ese secreto.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora