Capítulo 32

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En el gran salon del trono junto a este habían muchos bancos en fila llenos de gente del pueblo, presenciando ese evento tan especial para algunos y para otros el simple y directo miedo. Tal porque quien iba a recibir un título importante no era una dama cualquiera, sino que allí estaba caminando lentamente y con firmeza la hija única de los Collingwood los mismos que fueron encarcelados, ella vistiendo un traje blanco, no era un vestido, era parecido al traje del dúo Charles pero para una dama. En las primeras bancas se encontraban conocidos de _____ que la reina eligió sabiendo los contactos cercanos de ella, por lo que por supuesto primero fue Ciel, por siguiente fue el joven Johan quien no paraba de sonreír, el hijo primero de los Midford Edward con su familia.

____ al estar en frente de la reina se inclinó por respeto y tradición, bajando su cabeza esperando el momento de poder levantarse.

-Bienvenida, condesa Collingwood, hoy te nombro titular de la familia y familia de la realeza.-Todos hasta ___ misma se sorprendió al escuchar eso, poco después comenzó a escuchar murmullos de la gente y comentarios claros de los segundos bancos de la tribunal. Levantó su  mirada a la reina y ella solo sonrió con tranquilidad.

La reina le indicó que se pusiera de pie, para luego ordenar a su fiel sirviente Grey que le entregara a la dama su espada personal y de filo  demasiado punzante. Todos en la sala estaban tensos al nuevo nombramiento hacía la chica, ella tomó aire y se volteó a la gente mirando con firmeza aunque por dentro estaba nerviosa, ya que las miradas forzadas de todos podían ser preocupante.

Al finalizar esa secuencia, la reina había organizado un pequeño banquete con los presentes, aunque no era nada del otro mundo, simplemente muchas mesas con aperitivos. Al estar todo mas disueltos y distraído por sus propias conversaciones entre sí la chica logró escaparse para buscar a Ciel quien no se encontraba tan lejos y tampoco era difícil de encontrar si este no charlaba con nadie, solo estaba con su mayordomo.

-¡Ciel! –Llamó ella caminando rápidamente hacia el conde, la vió y solo pudo sonreír ligeramente.- Al fin logro escaparme un rato.

-¿Te encuentras bien? Te he notado nerviosa todo este tiempo.-Comentó el conde sin mucha gana.

-Lo estoy, el que no se ve bien eres tú, ¿Qué sucede?  Se que en los eventos como estos sueles estar serio pero se nota que no es por la fiesta.-Ciel solo pudo reaccionar típicamente al ser descubierto tan fácilmente por la chica.- Anda dime, ¿Por qué estas así?

-No es nada importante.

-El joven amo está deprimido porque usted ya no estará mucho tiempo con el en su mansión.-Soltó Sebastian de forma burlona.

-¡Tú cállate! –Gritó el conde.

-No me había percatado de ese detalle…-Dijo ___ pensativa.- De todas formas no creo que haga mucho, soy una sirvienta adicional al igual que una guardaespaldas adicional… Se supone que no hago mucho, o eso espero. Tal vez tenga las definiciones mezcladas.

-Oye no lo tomes como si fuera un trabajo sumamente simple y sin mucha importancia.-Le reprochó Ciel.- ¿Tú sabes a lo que ahora fuiste nombrada? Las personas de aquí te quieren muerta.

-Que malo eres Ciel. Y claro que soy consciente de eso, trato de no ponerme mas nerviosa de lo que estoy, las miradas de las personas son verdaderamente desagradables.

-Bueno, procura no actuar tan natural en tu trabajo, sabes muy bien como son aquí.-Ciel se cruzó de brazos.

-Ciel… Sé que te preocupa lo que pueda llegar a pasarme, ¿Pero acaso desconfías de mis habilidades?

-____ no es eso, con o sin habilidades sigues siendo una humana a la cual fácilmente podrían engañar o capturar, apenas estas comenzando con esto y ya estás en la mira de todos.-Dijo en un tono bajo, haciendo de la conversación un poco más íntima.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora