Capítulo 10

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La oscuridad, el rencor, el miedo y temor, la arrogancia...

Una bella dama, que solo espera tener una vida normal se convirtió en una aventura algo anormal. Pese a lo que ella sufría al ver la pura realidad en su familia.

Dormía en un mar oscuro lleno de caminos, errores y errores la inundaban.

Pero eso seguía allí, esos ojos carmesí que daban luz a esa oscuridad gracias a su brillo opaco. Ese era un camino iluminado, ¿Debería seguirlo?

No, no quería caminar en ninguno.

Todo era tan relativo, tan claro y muy confuso.

¿Por qué ella estaba allí? En esa época, con esa familia, y en esa mansión con un conde malhumorado y un demonio a su lado.

¿Qué era eso? ¿Una salida?

...

El jardinero infantil de la mansión Phantomhive le tocaba regar las plantas del jardín trasero, era la tarea que el mayordomo le había asignado aunque no era la primera, comenzó por lo último por excusa de ir allí.

Finny había visto perfectamente a la dama ir allí con Sebastián y eso le puso curioso, ¿qué harían ellos dos ahí dentro? quién sabe si solo fue curiosidad lo que el sentía.

Al poco rato pudo visualizar la alta figura de Sebastián, sosteniendo en brazos a la dama quien parecía dormida.

-¡Señor Sebastián! -Gritó Finnian preocupado, no se veía normal esa escena.- ¿Qué le pasó a la señorita _____?

El mayordomo molesto por la presencia de un sirviente, se resigno y comenzó a crear un argumento lógico.

-¿Se desmayó? -Siguió preguntando Finnian preocupado, al no ver respuestas del mayordomo supo que estaba en lo cierto.

-Hay que llevarla a su habitación, ¿Puedes hacerlo? Yo informaré al joven amo y debo hacer los preparativos para el almuerzo.-Mencionó Sebastián, Finnian no tardó en reaccionar alteradamente agarrando a la dama en brazos y correr hasta dentro de la habitación.

Mientras tanto, Sebastián guardaba la carta en su saco negro, y se dirigía tranquilamente también dentro de la mansión hasta el despacho de su amo que allí estaría haciendo su trabajo constante.

El mayordomo tocó la puerta llamando al nombre de "Joven amo". El nombrado no tardó en responder, con un tono serio y frustrante.

-Joven amo. -Sebastián entró, caminando unos pasos apresurados dejando la puerta abierta. Ciel supo enseguida que algo no andaba bien, no por nada su Mayordomo se olvidaría de los " modales" que eran costumbres

-¿Que sucedió?

-Aparentemente la señorita _____ le agarró un desmayo por causa de nervios.

-¿Un desmayo? ¿Qué has hecho? -Preguntó Ciel teniendo las sospechas altas.El demonio sonrió de forma burlona.

Ciel se levantó de golpe molesto, le hervía la sangre de las tonterías de ese demonio. Se acercó a su mayordomo espectante e impaciente.

-Habla demonio.

-Llegó una carta de sus padres para la señorita _____, volverán en unos días y quieren el informe que ella recolectó.-Contestó su mayordomo.- Así que me limité a dejarle en claro algunos asuntos, pero fue mucho para ella.

Ciel no esperó mas información, a pesar de que esa chica no solo fue casualidad que vino a su vida pasó un tiempo considerado para poder saber que ella no era cualquier chica.Y, a pesar de la decepción sobre ese detalle seguro que había una explicación.
Entró sin dudar un segundo, la vió acostada en la cama, dormida en un profundo sueño sin lograr despertar, en su rostro se podía apreciar un aire fúnebre; triste y melancólico. A su lado aun se encontraba el jardinero Finnian quien la trajo hasta allí.
Una escena muy extraña para el conde, sin saber como reaccionar ante esas dos personas. Sin mas se acercó, viendo con las claridad y detalle.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora