Capítulo 28

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Abrió los ojos gracias a una leve luz, no era la luz del sol sino de muchas velas encendidas, la dama pronto se dio cuenta en donde estaba, poco faltaba para olvidarse de donde estaba realmente. Ya que nunca se imaginó el quedarse en la tienda de un sepultero por tanto tiempo sin sentir algún temor por aquel sombrío lugar. Sin embargo al mirar a sus costados pudo ver claramente la figura del Undertaker, durmiendo, ¿Se había despertado demasiado temprano?

No encontró ningún reloj a su alrededor para corroborar la hora, y… Su celular había quedado en el pasado, ya casi ni se acordaba que eso existía ya se había hundido tanto en esa época que no podía asimilar nada de su realidad, de donde venía.

Tuvo que usar su inteligencia y mirar por la ventana que estaba mal cerrada, el sol apenas estaba saliendo, si, era muy temprano para lo que se acostumbraba a levantar, todo era culpa de la rutina con Ciel en la mansión, se había mal acostumbrado.

Sus ojos volvieron al interior de la tienda, estaba Undertaker a su lado, suspiró al ver que este no había dormido en su “cama” durmiendo apenas con una almohada en el suelo a su lado, se sintió culpable, siendo un Shinigami el necesitaba dormir y si no pudo pensar otra cosa mas que culparse por ese hecho. Se levantó de la “cama” y se dejó caer al suelo, al lado del sepultero viendo el como dormía pacíficamente no parecía el.

“¿Cómo puede dormir tan tranquilamente?” pensó ella.

Sintió curiosidad, y acercó su mano hacía el rostro de el, levantó ese flequillo molesto para la vista y  vió su rostro por completo, durmiendo, pudo apreciar el maravilloso y oculto ser de Undertaker. No podía dejar de verlo.

-¿Piensas quedarte todo el rato mirándome? –Habló el que se supone que debería estar dormido.

-¡No, no es lo que piensas! Solamente… Tenía curiosidad.-Se excusó ella, en un intento de separarse.

-Si  tan solo querías dormir a mi lado debías pedirlo pequeña, se lo mucho que te ayudaba cuando eras una niña.-Undertaker no esperó respuesta de la dama, simplemente la agarró con delicadeza para luego atraerla a el, evitando que se ensucie más gracias a sus ropas anchas.- Es reconfortante revivir esos recuerdos…

-¡Pero…! –De cierto modo, era verdad, ella solía hacer eso cuando tan solo era una niña por miedo a la oscuridad, pero lo incomodo es que ella ya no era aquella niña pequeña. Undertaker la calló, se incorporó en el suelo sentándose, por ende la dama estaba sentada en sus piernas mientras el la sostenía con firmeza.- Ya no soy una niña…

-Lo se, te has vuelto mas grande y mas inteligente… Al igual que tus maravillosas “habilidades”. Sin embargo no puedo evitar sentir nostalgia.

-¿Tú, sentir nostalgia? –Se burló ella, era casi increíble, no podía creer algo así.

-¿Tiene algo de malo? Deberías sentirte agradecida _____.-Mencionó Undertaker, miraba a la dama de una forma seria, su semblante intimidaba bastante como para no dejarla hablar.- Hice todo esto por ti.

-¿Po-Por mi? –Tartamudeo un poco.

-¿Tengo que recordártelo para que de verdad me creas? –El sepultero se levantó aferrado a la dama, levantándola en el aire por supuesto. Ella solo estaba nerviosa por ver el actuar que tenía el, tan inusual.- No voy a dejar que te vayas otra vez de mi lado…

Ella abrió su boca intentando decir algo, pero al momento de querer aportar él en un movimiento rápido la bajó al suelo escondiéndola detrás en su espalda, viendo pasar por su lado unos cuchillos de plata, que quedaron pegados en la pared perfectamente. Undertaker y la dama sabían quien era perfectamente, nadie mas podría atacar con cuchillos que no fuera Sebastian.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora