Capítulo 5

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En el centro de la ciudad, un edificio de piedra, gastado y moribundo. En una habitación sin nada, con barrotes y candado. Dentro, una bella dama en pena, encarcelada por sus crímenes o al menos el primero.
A su lado, otra persona en el igual estado, su compañera de celda.

"¿Qué hago aquí?" Pensó ella. "Yo no hice nada malo".

-Así que... ¿eres una asesina? -Preguntó esa persona incógnita.

-¡No!... No lo soy.-Dijo aquella dama.

-Si no lo eres... ¿Por qué estás aquí?-Cuestionó ésta.-Sabes, yo detesto a la gente asesina.

- ¡Qué no soy una asesina! -Gritó a todas sus fuerzas.

...

La mañana había comenzado en la mansión Phantomhive. Las ocho de la mañana, el conde fue despertado por su fiel mayordomo.
En cambio, la dama despertó de golpe por si sola, no recordaba mucho lo que paso la noche anterior.

"¿Qué pasó?" pensó, apoyando su mano en su frente, tratando de recordar algún fragmento suprimiendo el dolor que sentía en su cabeza.

Al rato, tocaron la puerta con suavidad acompañada de una voz familiar para ella.

-Permiso, señorita.-El mayordomo abrió la puerta, encontrándose con ______ toda adormilada y perdida en sus pensamientos.- ¿Señorita, está bien?

La dama despertando de sus pensamientos. Miró a la ventana y sus ojos parecían convertirse en dos cuencas brillantes.

- ¡Nieve! -Se apoyaba contra la ventana observando toda la nieve acumulada por todos lados, al parecer la ciudad estaba bañada en nieve.

-Así es, anoche estuvo nevando mucho y bajó drásticamente la temperatura, a usted le afecto ¿No se acuerda? -Preguntó el mayordomo finalmente entrando con el carrito del desayuno.

-No hacia falta, podía haberlo hecho yo el desayuno.-Dijo acomodándose en la orilla de la cama.

-Es mi deber como mayordomo.-Se inclinó solo unos minutos y luego se dirigió al armario.

-Se ve delicioso...-Parecía babear por la comida, así que tomó rápidamente la taza de te, tenía un rico aroma.-Definitivamente.

-Aquí tiene.-Dejo un vestido distinto a los que solía usar.- Llamaré a la sirvienta para que te ayude.

Era un vestido negro de leves pliegues y algo liso, como hacia frío encima portaba un abrigo grande, de una tela suave y delgada a pesar de estar rellena de una caliente lana.

-Se-Señorita..-En la puerta, se encontraba nada mas y nada menos que la sirvienta Meyrin, torpe como siempre, ésta sirvienta admiraba bastante a esta jóven dama, sin siquiera conocerla.- Vine ayudarla a cambiarla.

-Muchas gracias.

...

-¡Está hermosa! -Dijo la sirvienta poniendo sus manos en ambas mejillas apreciando la belleza que estaba viendo.

-Sigo insistiendo que no me gustan estos vestidos.-Dijo la dama, asqueada por el vestido que llevaba puesto.

-¡Ahora un hermoso peinado! -La sirvienta, con peine y moños ya en mano se acercó un poco.

-Si claro... Espera, ¿Peinado? -Dijo exaltada.- No, no, no.Nada de peinados.

-Pero le quedará aun mas hermoso...-La sirvienta se dispuso a acercar el peine a la cabeza de ______.

...

-Bocchan, ¿Piensa salir?-Dijo el mayordomo.

-Así es, hoy día no hay ningúna actividad en la agenda.-Dijo el conde.

Collingwood: El Misterio.[Cielxtn] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora