Capítulo 36

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Narra Simón.

Hace más de una hora que desperté, son como las 10 de la mañana, desde ayer que llevo intentando hablar con Ambar, pero ella simplemente no ha contestado mis llamadas, estoy preocupado por ella, ni siquiera se si llego bien a su casa ayer. Comprendo que se sienta mal a causa de lo que se enteró, pero nuestra relación no tiene nada que ver. Al menos debió enviarme un mensaje para decirme que estaba bien.

Termino de arreglar mi cama, cuando mi celular vibra, miro la pantalla para descubrir un mensaje de mi novia en él.

hola, perdón si no te conteste ayer, no quería hablar con nadie. ¿podemos vernos en la plaza ahora? -miro su mensaje y enseguida le contesto. —voy para allá. -siempre es igual, porque no puedo decirle que no.

Tomo las llaves del departamento y salgo, por suerte tengo turno más tarde y puedo ir a ver que tiene para decirme, trato de caminar rápido, porque se lo mucho que odia esperar, además de que muero de ganas por saber como sigue, la noticia que recibió ayer no es fácil y comprendo que se sienta mal al respecto.

Estoy llegando cuando la veo sentada en una de las bancas hablando por teléfono, creo que no se ha dado cuenta de que estoy aquí, así que me escabullo entre los arboles para darle una sorpresa. Entonces cuando estoy lo suficientemente cerca de ella escucho su conversación.

claro que puedo, si en el restaurante de siempre. Por supuesto que no sabe nada, ni siquiera lo sospecha. -se queda en silencio. —esta bien cariño. Estaré allí. -sus palabras me dejan frio.

cuando haya terminado mi plan, podre decirle a mi madrina lo nuestro y mandar a volar al ingenuo de Simón. -no puedo creer lo que estoy escuchando. —si, nos vemos te quiero. -dice y siento como mi mundo se cae con esas dos palabras. Cuando ella cuelga yo salgo de mi escondite y ella me mira sorprendida y nerviosa.

_¿entonces soy un ingenuo? -pregunto y ella juega con sus dedos nerviosa. —Simón, yo... -la interrumpo.

tú, ¿Qué? Jugaste nuevamente conmigo, no puedo creer que cayera en tus mentiras nuevamente.

esta bien, si estaba jugando contigo. Eres un blanco fácil. -dice con una sonrisa en sus labios, y su cinismo me saca de quicio. —¿Cuál era tu plan? -le pregunto, pero no responde.

habla Ambar, tu teatrito se acabó.

fue tan fácil utilizarte para que no se dieran cuenta de la verdad. -dice sonriendo. —¿Qué verdad? -pregunto.

Luna es Sol Benson. -dice y el enojo en mi aumenta. —ella es la sobrina de mi madrina, por eso te necesitaba cerca, así no le ayudarías a Luna a descubrir su verdad.

mientes, si fuera así no me lo estaría diciendo. -le digo. —hay por favor Simón, te conozco tan perfecto que se que no le dirás absolutamente nada.

¿Cómo estas tan segura? -ella me mira y sonríe. —no te creerá, tendrás que explicarle como te diste cuenta y si tu dices que yo te lo dije, yo diré que hace mucho lo sabes y tampoco habías dicho nada. Por lo que también la perderás a ella.

no me importara, siempre que ella sepa la verdad. -digo. —eso no acabara ahí, y lo sabes. -dice sonriendo.

eres una mentirosa manipuladora. Por eso todo el mundo se aleja de ti, porque no eres capaz de decir la verdad ni una vez en tu puta vida. No sabes lo decepcionado que estoy de ti, Jazmín tenía razón, todo era demasiado bueno para ser verdad. -ella parece no estar afectada por la forma en la que le hablo, ni siquiera por aquellas lágrimas que ruedan por mis ojos en silencio.

El Mismo Corazón... (Simbar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora