Capítulo 11

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Narra Ambar...


Estaba esperando que Simón saliera del baño para que me acompañara a la mansión, cuando lo vi salir, me quede mirándolo tratando de no reírmele porque tenía crema dental en la barbilla, me acerque a él, mientras el solo me miraba, esboza una sonrisa cuando mi pulgar hace contacto con su barbilla.


perdona. -dice y antes de que pueda decirle algo, une sus labios con los míos, el contacto con sus labios provoca algo en mí que nunca sentí, así que solo le sigo el beso, un beso que me llena completamente, es increíble como nuestros labios se acoplan de una manera perfecta, se separa lentamente de mí, posa sus manos en mi rostro y con sus pulgares acaricia mi mejilla.


Mi mente solo repite el momento, y es ahí cuando el arrepentimiento llega a mí, esto nunca debió pasar, la actuación se está volviendo realidad y no lo puedo permitir, no ahora que todo va tan bien. Así que me alejo bruscamente de él.


no lo vuelvas a hacer, si no quieres recibir una cachetada. Entendido. -el me mira perplejo sin entender lo que acabo de decirle.


pero pensé que... -le interrumpo. —no nada Simón, esto no cambia las cosas. Adiós. -salgo de su apartamento lo mas de prisa que puedo.


Ambar espera. -escucho que grita desde la puerta, pero no me detengo y sigo corriendo.


Cuando llegue a la mansión, subí de inmediato a mi habitación antes de que me encontrara con mi madrina, me cambie el uniforme y como no tenía pensado salir me puse algo cómodo para estar en la cama.


señorita Ambar, ¿puedo pasar? -pregunta Amanda tras la puerta. —sigue Amanda. -ella entra a la habitación. —¿desea usted algo de comer?


si, un sándwich de jamón y queso y un exprimido de naranja. Que no se demore. -ella asiente y sale de la habitación.


Saque mi celular del mi bolso, en el alumbraba un mensaje de voz.


hola Ambar emm yo...- podía imaginármelo rascándose la nuca. —yo solo quería pro... pedirte perdon. -Amanda llego dejo la bandeja con las cosas en una mesa y salió de la habitación.


Me senté a comer y unos minutos más tarde sonó mi celular de nuevo, lo tomé y era otro mensaje de Simón.


sé que no quieres hablar conmigo, pero me gustaría saber si llegaste bien a tu casa, me preocupo por ti, espero me respondas. -una sonrisa instantánea se dibujó en mis labios, que poder tiene este chico de hacerme cambiar de humor en un solo momento.


Le devolví el mensaje solo para que no me molestara más. —estoy muy enojada, no quiero hablarte. -envié el mensaje y deje el celular en la mesa, termine de comer, me cepille los dientes y tome mi bolso para sacar los trabajos que tengo que hacer, cuando lo abrí no pude evitar sonreír, ahí estaba la remera de Simón que se supone debía entregarle hoy.

El Mismo Corazón... (Simbar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora