El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 42

Me pase un muy buen rato con Mónica, recorrimos muchos locales, no compramos muchas cosas, al final solo nos sirvió para platicar y despedirnos.

Ahora mismo voy camino a mi casa, decidí hacerlo caminando, pues no es que este demasiado lejos, ademas aun no quiero llegar a casa, tengo pereza de terminar de empacar.

—no puede ser, ¿eres Ambar Smith? -sonrío cuando escucho esa voz. —eres un grandísimo tonto, ¿lo sabias? -le digo girándome en su dirección.

—no, eres la primera que me lo dice. ¿de donde vienes?

—¿me sigues acaso, Mateo? -ríe. —ya quisieras que el rey de la pista te siguiera. -golpeo levemente su hombro.

—vengo del centro comercial, si no te diste cuenta. -digo señalando la bolsa entre mis manos. —iba a buscarte. -dice.

—wau, a mí, el rey de la pista, me esta buscando. -me hago la sorprendida. —si, a ti. Te vas mañana, y dudo mucho que alcance a despedirme. -dice melancólico.

—en eso tienes razón. ¿Cuál era tu plan?

—no sé, tal vez tomarnos una malteada, en tu cafetería favorita. -sonrío. —me encanta la idea, pero ya que estamos cerca a mi casa, podemos dejar esto. -él asiente, y seguimos camino  hasta la casa.

Cuando llego no hay nadie, pero por suerte yo cargo las llaves. —¿me esperas aquí? -él solo asiente y yo entro rápido, dejo la bolsa en mi habitación y saco de mi nochero un sobre y me cambio la blusa.

—estoy lista. Vamos. -cierro la puerta con llave y seguimos caminando. —¿Qué es? -pregunta.

—la curiosidad mato al gato Mateo. -ríe. —si lo sé, pero este gato quiere saber que tienes ahí -niego con la cabeza.

—¿tu novia sabe que estas conmigo? -pregunto. —si, le dije que vendría a verte después del entrenamiento porque tenemos un trabajo pendiente juntos.

—no debiste decirle eso, sabes lo sencillo que será preguntarle a Jazmín para que diga que no es cierto.

—cuando tu estés en un avión le diré a que vine. -dice y abre la puerta de la cafetería. —que caballeroso. -digo y él ríe.

Nos sentamos, —¿chocolate o fresa? -que bien me conoce. —chocolate. -contesto y él se acerca a la caja para ordenar.

—listo, en un momento nos traen nuestro pedido. -dice y se sienta frente a mí. —gracias. -digo.

—¿qué vas a hacer en estas vacaciones? -le pregunto. —Luna quiere ir a Cancún y pues hablamos con sus papás y les encanto la idea, entonces lo pasaremos allá.

—tus primeras vacaciones con Luna. -sonríe. —esa sonrisa tuya. ¿tanto la quieres? -asiente con la cabeza.

—igual que tú a Simón. -dice y ruedo los ojos, entonces llega la mesera con el pedido. —gracias. -decimos al unísono.

-¿has hablado con él? -pregunta y niego con la cabeza. -¿sabes algo que yo no? -niega.

—yo pensaría que sí, Mónica me pregunto lo mismo, con otras palabras, pero lo mismo.

—según lo que nos contó Luna, él ha querido llamarte desde la fiesta en la mansión, pero tiene miedo de tu reacción, y tal vez por eso no se ha atrevido. -no digo nada al respecto. —Ambar ¿escuchaste lo que dije? -asiento.