El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 46

Cuando llegamos al hospital, Pedro y Delfi están sentados en la sala de espera de la UCI, Delfi me mira confundida, pero Pedro parece aliviado al verme. Dudo un momento en saludar, por lo que Luna lo hace. —¿Cómo esta? -pregunta, después de saludar.

—aun no le despiertan del coma, están esperando el resultado de los exámenes. -responde Pedro. Por un momento me pierdo de su conversación, me pregunto si su familia lo sabrá.

—¿puedo verlo? -pregunto ganándome su atención. —en este momento lo están aseando, pero supongo que después lo podrás ver. -contesta Pedro, asiento con la cabeza y me siento lo más apartada que puedo de ellos, Luna se sienta a mi lado. —¿su familia lo sabe? -le pregunto.

—Nico les aviso ayer, supongo que estarán aquí, no lo sé. -la miro. —no dormiste ¿verdad? -pregunta.

—si. -miento. —no te creo. ¿quieres algo de comer? -me mira.

—solo un café. -Miguel que nos estaba escuchando se va por el. —Ambar. -giro mi vista a Pedro, quien ha sido él que me llamo.

—ya puedes pasar. -sonrío por eso y me pongo de pie. —ve, yo le diré a mi papá que te tomaras el café después. -asiento y Pedro me indica por donde seguir.

Cuando entro mi corazón se estruja al verlo, tiene un tubo en su boca, un vendaje cubre su pecho, me pierdo por un momento en el bip que se reproduce en la maquina que hay detrás, esa que me indica que sigue con nosotros.

—¿puedo sentarme? -le pregunto a la enfermera que entro conmigo. —si, por supuesto. -dice y así lo hago, me siento y tomo su mano, esta muy fría y supongo que es porque acaban de limpiarle.

—si necesita algo, solo avíseme. -dice la enfermera y yo asiento, luego sale dejándome con él. Dejo que las lágrimas inunden mis ojos y se pierdan en mis mejillas, verlo así tan débil hace que me sienta más mal de lo que ya lo hacía, el que este ahí es solo mi culpa.

—Simón. -mi voz es entre cortada. —si, soy yo. La rubia de ojos azules. -intento hablar tranquilamente, pero me duele verlo allí.

—no sabes el vuelo que tenido que tomar para verte, necesito que te recuperes, porque tenemos muchas cosas que hablar, necesito escuchar de tus labios que me perdonas por todo lo que hice, necesito que seas fuerte, por favor. -la voz se me quiebra nuevamente.

Acaricio su mano con mis dedos, y sonrío al ver que tiene puesta la pulsera que le di, doy un respingo cuando oigo la puerta abrirse, no he pasado ni 10 minutos con él.

—hola. -es Luna, pero yo no me giro para mirarla. —Ambar. -está viéndome enternecida por la forma en como sostengo la mano de su mejor amigo.

—su abuela llego y quiere verlo. -me tenso, no quiero dejarlo. —mi mamá dice que vengas a comer algo y mas tarde regreses. -miro a Simón nuevamente, suelto un suspiro.

—esta bien. -digo no muy convencida, me levanto en silencio deposito un beso en su frente y salgo junto con Luna.

Cuando salgo enseguida reconozco a su abuela, tiene la mirada de ojos cafés perdida en la puerta por donde acabo de salir, tiene cabello castaño y algunas canas pintan este, su sonrisa es igual a la de él.

Ella pasa por mi lado y entra en la habitación. —vamos. -sigo a Luna por los pasillos, Pedro y Delfi siguen en la sala tomados de la mano, Delfi sigue mirándome como si le sorprendiera demasiado verme tan unida a Luna.