El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 40

—hey, Ambar. -muevo mi cabeza para despejar mis pensamientos. —¿Qué decías? -él me sonríe.

—que si ya podemos irnos. -asiento con la cabeza, entonces Mónica abre la puerta. —¿nos puedes dejar un momento solas? -le pregunta ella a Manu.

—te espero en el auto. -dice y sale de mi habitación con mis 2 maletas. —¿Qué sucede?

—no tienes que irte, el que Luna sea Sol no cambia las cosas, nada va a cambiar. -dice mientras se sienta a mi lado. —no quiero quedarme, como lo sabrás no soy del agrado de tu hija, y menos ahora que le oculte la verdad. No voy a quedarme para que me lo eche en cara, quiero que estos últimos meses que me quedan en Argentina sean buenos, y si me quedo no lo serán. Es la mejor decisión que tome.

—¿entonces nada te hará cambiar de opinión? -asiento. —ok, si no puedo convencerte, al menos prométeme que vendrás a verme seguido.

—lo prometo. -le doy un abrazo. —vamos. -digo y ambas volvemos abajo.

—no puedes irte, Sharon es la encargada de tu custodia. -dice mi abuelo. —lo sé, pero Sharon no está, y estoy segura de que no volverá, entonces puedo irme tranquilamente, ademas estaré bien.

—¿con quién te quedaras? -pregunta. —por eso no te preocupes, voy a estar muy bien. -le doy un abrazo.

—Ambar. Si es por... -la interrumpo. —no hables, se perfecto que no me quieres aquí. -digo y ella no dice nada.

—nos vemos después. -digo y al fin salgo de la casa...

Meses después...

Falta solo medio mes para que yo deje Buenos Aires por un buen tiempo, aun no se lo he dicho a mi mamá, pero espero hacerlo pronto, es que no quiero que me insista en que debo quedarme.

Por otro lado, tal y como lo pensé mi madrina no ha regresado aun y de alguna manera eso es bueno supongo. Los Valente junto con mi abuelo iniciaron un investigación acerca de lo que en verdad paso con el incendio de la mansión.

No he vuelto al Roller desde el incidente con Simón, más sin embargo días después de que confesara, todo el mundo supo lo que hice nuevamente gracias a Jazmín. Enserio no la tolero en lo más mínimo.

También puedo decir que desde que Luna tomo posesión de lo que le pertenecía no he vuelto a la mansión, aunque se lo prometí a Mónica, no me atrevo a ir, pero aun así de vez en cuando salimos a tomarnos un café las dos solas, es la única que sabe que vivo con mi mamá, puesto que mi abuelo cree que he vivido sola durante todo este tiempo.

Luna tambien ha tenido un considerable cambio de look, y de actitud conmigo al menos ha sido así, ahora no deja que nada de lo que yo le diga le afecte, siempre contesta de manera hiriente cada cosa que yo le digo, y de alguna manera yo esperaba que eso pasara.

—hola, Ambar. -levanto la mirada cuando choco con el cuerpo de Mateo. —hola, Mat -digo y él sonríe, a pesar de lo que paso él sigue siendo una persona muy linda conmigo.

—¿estas bien? -pregunta y le sonrío. —sí. -digo.

—Ambar. ¿lo viste? -lo miro confundida. —¿a quién? -pregunto y mi corazón se detiene porque temo su respuesta.

—el vídeo que subieron al Fab and Chic. -lo miro confundida. —no. ¿tengo que verlo? -niega con la cabeza y ahora me siento intrigada.