El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 13

—no importa cómo me entere, solo no te preocupes por lo que yo piense. Ademas Mateo y yo Volvimos. -me mira sorprendida. —si algo escuche por ahí.

—si no es más me gustaría quedarme sola.

Se levanta y sale de mi habitación, agg como la detesto, en serio era necesario que viniera a restregarme su noviazgo con él.

Al día siguiente...

Desperté por el constante sonido de mi celular, Por qué será que en los días que no estamos estudiando siempre hay algo que nos hace levantar temprano.

—¿con quién hablo? -pregunto adormilada. —emm hola. -dice con la voz nerviosa.

—Simón son las 8 de la mañana, ¿que demonios quieres?

—estuve investigando sobre Sol, encontré algo que tal vez pueda servirnos ¿podemos vernos?

—en la tarde, ahora quiero seguir durmiendo. Adiós.

—espera, antes de que me cuelgues quiero saber algo.

—¿Qué seria Simón?

—es verdad que tú y Mateo volvieron.

—así como tú y Luna se hicieron novios. No es que nos importe ¿verdad? -un silencio se hace presente. —Simón ¿sigues ahí?

—si, emm perdona, bueno nos vemos más tarde. -cuelgo la llamada y me tapo la cara con una almohada. Trato de dormir un poco más, pero me es imposible, así que me estiro un poco y salgo de la cama.

Después de buscar ropa en mi closet, me di una larga y relajante ducha. Un rato después me encuentro terminando de aplicarme maquillaje, escucho que alguien llama a mi puerta, abro y veo a Mónica. ¿Qué podrá querer?

—buenos días señorita Ambar.

—buenos días Mónica ¿Qué necesita?

—he bueno, es que Amanda tiene hoy su día libre y me pidió que la ayudara con su ropa sucia.

—emm, adelante, está en la canasta que está dentro del closet. -ella entra a la habitación. —Mónica, ¿sabe usted si alguien llamó ayer en horas de la tarde?

—no sabría decirle señorita Ambar, ayer salí a comprar algunas cosas.

—umm, bueno, ahora que termine con eso, me gustaría un café cortado con un par de tostadas, también me gustaría algo de queso. -ella asiente y antes de salir de la habitación se planta en el umbral de la puerta mirando mis movimientos. —¿pasa algo Mónica?