Capítulo 39

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Tomo una bocanada de aire y la dejo ir despacio, no estoy segura de lo que voy a decir, pero ahora que me quede sola es lo único que puedo hacer.

está bien, te daré una oportunidad. -ella sonríe satisfecha. —¿puedo darte un abrazo? -pregunta y un nudo se hace presente en mi garganta así que solo asiento y ella se acerca y me abraza, luego Em se une al abrazo.

2 meses después...


Hoy hace exactamente dos meses desde su partida y eso no se siente bien en lo absoluto, lo extraño como nunca pensé extrañar a alguien, lo peor es que tengo su recuerdo tan vivo. En el día despejo mi cabeza con las diferentes cosas que pasan, pero las noches son terriblemente malas, no consigo dormir completamente.

Siempre que me quedo dormida sueño con Luna y Sol, y eso arruina del todo mi descanso. A pesar de todo eso, de él solo se lo que veo en las redes, y lo que de vez en cuando escucho rumorear a Luna, que desde el fondo de mi corazón deseo que sea mentira, porque me pone mal el solo hecho de imaginarlo tocando a otra persona que no sea yo.

Con mi madre las cosas han ido muy bien, a pesar de que al principio siempre le echaba en cara que me abandono, después la adapte a mi rutina, ir de compras con ella y Em, o una tarde tomando chocolate y viendo películas los 5, porque también he convido con Santiago su esposo y es una excelente persona. Cuando estoy con ellos por fin siento que tengo una familia.

Ambar. -levanto la mirada cuando escucho la voz de Mónica, ella también se ha convertido en una amiga incondicional. ¿Quién lo diría? —¿Qué sucede?-le pregunto.

el señor Alfredo quiere que lo acompañes a desayunar. -asiento con la cabeza y me levanto del sofá.

Alfredo es el padre de Sharon, es como un abuelo para mí y él le gusta que yo lo llame así, vive con nosotros hace una semana, desde que conoció a Luna tienen una conexión increíble y eso molesta a Sharon, quien estoy segura de que sabe que Luna es su sobrina desde hace un mes.

buenos días, Abuelo. -le saludo. —buenos días ¿Cómo amaneciste?

dormí poco, pero bien. ¿y Sharon? -deje de llamarla madrina desde que me pego. —dijo que tenía un viaje de negocios muy importante, que regresa mañana en la tarde. -es momento de hacerlo.

¿Qué tienes ahí? -le pregunto cuando veo que sostiene algo entre sus dedos. —mira. -me enseña la medallita de Luna y me tenso.

¿la recordas? -asiento. —era de Sol ¿no es así?

sí, le falta una pieza. Hace unos días la encontré en el jardín, me sorprende lo bien que se ha conservado, quiero que tú la tengas. -lo miro nerviosa. —no, es lo único que tienes de ella.

Lili me contó que ustedes eran muy unidas, nada me haría más feliz que tú la usaras.

esta bien. -digo y la tomo entre mis dedos. —desayunemos. -digo ambos lo hacemos en silencio.

~♥~


Son las 3 de la tarde y he pensado todo el día en lo que estoy a punto de hacer, tengo los nervios de punta y mi corazón late a mil, le he dado muchas vueltas a este tema y por fin hare algo de lo que él se pueda sentir orgulloso. Tomo un respiro y bajo las escaleras, en el living esta mi abuelo leyendo un libro.

¿estas bien? -me pregunta cuando me ve. —no mucho, pero bueno. -digo y me mira asustado.

¿Qué esta pasando Ambar? -pregunta. —mira. -le entrego una foto en donde esta Lili, Bernie y Sol. Él sonríe de inmediato.

El Mismo Corazón... (Simbar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora