CAPITULO I.-Dentro de un ataud

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1860

MYSTIC FALLS

Era un día lluvioso, las labores en la casa de la familia Gilbert eran algo pesadas debido a la lluvia torrencial que caía sobre el pueblo. Ya que los señores Gilbert no se encontraban era difícil para Audrey quien hace apenas unos pocos días había llegado al pueblo, lo que nadie sabía era que ella solo estaba ahí cuidando de una chica llamada Emily Bennett, un miembro del aquelarre Bennett un grupo de brujas muy poderoso. Audrey Rosu, una joven bella, cabello largo y rizado, pelirroja natural, de ojos grandes y castaños, daba la apariencia de tener unos 18 años o menos, pero detrás de ese rostro angelical, se escondía una hibrido muy poderosa, quien ha vivido cientos de años, mejor conocida como una protectora de brujas, detrás de ese disfraz de sirvienta, se ocultaba, para poder pasar desapercibida en aquel pueblo, donde era peligroso para cualquier ser sobrenatural, en especial las brujas y los vampiros, siendo una combinación de ambos ella estaba totalmente en peligro. Además de tener una misión de protectora, también debía cumplir con las exigencias de aquella mansión, era de unos fundadores del pueblo, personas muy importantes, por donde pasaban, ellos eran reconocidos con rapidez, así que era muy fácil estar cerca de Emily, quien trabajaba a unas casas de ahí, en la mansión de los Salvatore.

Ese día debía hacerse cargo de los jóvenes Gilbert, muchachos vanidosos y abusivos que solo pensaban en ellos y nadie más, a pesar de que llovía fuertemente querían algo del mercado, para Audrey no era problema, no le hacía nada la lluvia, no enfermaba, no se lastimaba, pero no podía salir sin ningún problema debido a que no quería que la descubrieran.

-Audrey tráenos unos trajes que dejamos con el sastre-le llamó el mayor de los hermanos y ella solo se le quedo viendo.

-joven Gilbert, está lloviendo muy fuerte, iré en cuanto calme la lluvia-musito terminando de doblar las ropas de aquellos jóvenes, al cerrar la puerta de aquel guardarropa, sintió que la jalo del brazo y la lanzó contra los pies de la puerta, al ser tan delgada no batallo en levantarla, por lo que solo volteo a verlo con "miedo", estaba a punto de llorar por ello y es que debía ser muy persuasiva de ello.

-iras ahora Audrey, si no quieres que le diga a mis padres que abusaste de mi-ordeno acercándose a ella empujándola al suelo dejándola acorralada-y abusare de ti para que sea más creíble-amenazó viéndola atrevidamente levantando su vestido hasta sus muslos.

-si joven...iré...iré de inmediato-tartamudeo siendo liberada por este, se levantó casi corriendo y salió de ahí abrigada y con una sombrilla.

Salió por la puerta trasera, pasando por los jardines vecinos, hasta llegar a la mansión Salvatore, fue una larga caminata ya que cada casa tenían un gran terreno, después de un rato y con la parte de abajo de su cabello empapado, vio a Emily con una joven, muy hermosa, piel morena, cabello lacio, ojos castaños al igual que su cabello.

-Katherine-susurro molesta por que sabía la amenaza que ese monstruo era para su protegida, era un vampiro, la más buscada por uno de los vampiros originales, era un peligro para todo aquel que se le acercaba. Solo suspiró rendida, Emily no entendía que ella era mala influencia, a pesar de que sabía que era buscada por un ser tan peligroso, aun así estaba de su lado. Dio un paso hacia atrás para irse al mercado y su pie se hundió en un hoyo con lodo, vio a todos lados, pero de todos modos no se arriesgaría a ser descubierta, estaba algo débil ya que no había tomado sangre en semanas y las fuerzas que le quedaban, las usaría para proteger a Emily y no sacando su pie del lodo.

-¿Necesita ayuda?-escucho a lo lejos una voz tan cortés, que le heló la piel, volteo lentamente viendo a uno de los hermanos Salvatore acercarse mientras el otro se retiraba con una pequeña reverencia además de una sonrisa amable-Es lo malo de salir con la lluvia-informó viéndola a los ojos, al estar cerca de ella, se agachó tomando del tobillo y dio un pequeño jalón rescatándola-ya está-le animo este levantándose sonriéndole de lado...sus labios no se abrían, no podía decir ni una sola palabra, estaba sorprendida con lo atractivo que él era, era alto, era notable su piel pálida y sus labios se veían rosados, carnosos....se veía delicioso.

Protectora de brujas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora