CAPÍTULO XV.-Aunque no sea conmigo.

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New Orleans, es una ciudad del estado de Lousiana, Estados Unidos, muy conocida por sus festivales, su música y su cocina. Es también conocida por sus mitos y leyendas, como los brujos vudú, fantasmas y vampiros.

Los rumores sobre actividad sobrenatural llega a todos los rincones del mundo, es considerada uno de los lugares más misteriosos, los más extraños e interesantes.

Todos creen que son solo rumores, pero lo que habían presenciado aquella tarde, les aclaro muchas dudas, y entre ellas fue que...

...Lo sobrenatural existe...

Aquella tarde en el New Orleans East Hospital había ocurrido una desgracia para aquel lugar. Un fuerte huracán había caído en la ciudad, junto con un incendio forestal tan peligroso que ni el mismo huracán pudo parar, la tierra tembló y lo que más les daba miedo a los médicos de aquel hospital fue que todo eso ocurrió mientras una chica pelirroja, como de unos 18 años, había llegado a aquel hospital de urgencia pidiendo ayuda, que no podía ver nada y que si no recibía atención perdería a su bebe.

-¡Ayuda!-se escuchó el grito de un hombre alarmando a todas las enfermeras y médicos que claramente se veían desocupados.

Pero su descanso termino cuando vieron a una joven entrar a aquel hospital desangrándose presentando un aborto espontáneo, no entendían por que sangraba tanto, pero de algo estaban seguros...no había esperanza para ese bebe.

El grito de dolor de la mujer los hizo moverse rápidamente, acercándole una camilla para así recostarla sobre ella.

-Niklaus...ayúdame por favor-suplico la mujer en lágrimas de tristeza y de dolor, no quería soltar al que creían los médicos era su esposo pero tenían que ayudarla rápidamente.

-Llévenla rápidamente a quirófano, preparen todo para un legrado-hablo rápidamente uno de los médicos que corrían de un lado a otro hasta que el mayor de los Mikaelson detuvo a aquel medico estampándolo contra la pared agresivamente.

-Vas a salvar la vida de ese bebe, te cueste lo que te cueste...o te matare-le ordeno hipnotizándolo a lo que el medico solo se quedó paralizado.

-Pero es muy tarde, haremos todo lo posible...-dijo aquel medico espantado y al ser soltado por el castaño corrió en dirección al quirófano para así poder atender a la pelirroja y tratar de realizar lo que el Original le ordeno.

Al entrar a la sala de operaciones lo que vio lo dejo espantado, la chica estaba suspendida en el aire y las enfermeras sostenían una pequeña bolsa aun chorreando de sangre, el medico solo trago saliva al ver que la chica estaba estática y lo único que se les ocurrió fue dejar entrar a los originales, no sin antes asegurarse que no los matarían.

Salió de aquella sala para lograr escuchar a lo lejos de un pequeño televisor las breves noticias del huracán y el incendió, cuando se acercó a los originales se escuchó un estruendoso grito tan fuerte que los doblo un poco del dolor, seguido de un fuerte temblor que les hizo mover de donde estaban,

-¿¡Qué diablos sucede!? -pregunto el híbrido original sosteniéndose de la pared viendo que el medico apenas podía sostenerse.

-La chica...hicimos lo que pudimos-mintió sosteniéndose de un escritorio-pero él bebe-dijo algo confundido por lo que decía-no lo logro, su cuerpo lo rechazó y lo expulsó y ella...mejor vengan-dijo guiándolos como pudo a aquella sala.

Los originales solo se vieron un segundo, no entendían que es lo que pasaba, mucho menos por que la ciudad estaba en total desastre pero lo que si sabían, era que no era nada bueno.

Más el híbrido, quien iba con el corazón destrozado pensando en que la mujer que amaba con todo el corazón acababa de perder al fruto de aquel amor que se tenían, no sabía cómo reaccionar y mucho menos había caído en cuenta que lagrimas caían lentamente de sus ojos, pero su hermano mayor lo había notado y solo se sentía más mal a cada paso que daba.

Protectora de brujas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora