Capítulo 15

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_____ se despertó con la sensación más extraña. Nunca en su vida había dormido sin soñar. Pero ni un solo sueño había venido a ella la noche anterior. Cuando el Guardián le dijo que le había quitado todos sus poderes no estaba bromeando. Él ni siquiera sabía que ella tenía ese poder. ¿O sí?

Estirándose, se dio vuelta para verlo en su escritorio donde había estado la noche anterior cuando ella se fue a dormir. Todavía vestido en con ropa negra, él había dado vuelta la silla de frente a la cama y con su espalda a la pared. Pero él no le estaba prestando atención en lo absoluto.

En vez de eso, él sostenía un libro antiguo de cuero en su falda con una mano larga, elegante y masculina. Él estaba reclinado en la silla con su brazo apoyado en el escritorio, mientras su mejilla sana descansaba en su puño. Sus piernas, increíblemente largas, estaban estiradas frente a él y solo se cruzaban a la altura de los tobillos.

Ella sonrió ante la inesperada imagen de sus bien formados pies descalzos. Eran lindos, y esa era una palabra que nunca antes había usado para describir un par de pies. Normalmente le resultaban intolerables.

Qué raro que al verlo así pareciera un hombre como cualquier otro, en cualquier lugar. Bueno, no cualquier hombre. Hombres tan lindos eran pocos. Hombres increíblemente apuestos y musculosos eran todavía más difíciles de encontrar. Y encontrar uno con este cuerpo, cabello y ojos, era como encontrar un unicornio.  Y aunque él no había visto la luz del día en, quién sabría cuánto tiempo, su piel era tostada y leonada.

Incluso con los moretones y cicatrices, se le hacía agua la boca. ¿Cómo podía ser que esa pose fuera increíblemente sexi? ¿Tan increíblemente deliciosa? Con la mano con la que sostenía el libro, dio vuelta la página sin mirar hacia arriba.

Ella sonrió ante la imagen de esos mechones castaños. Shirley Temple no era nada comparada con él. Y aun así lo hacían increíblemente masculino.

Más que eso, ella se moría por jugar con su cabellera.

Mientras estudiaba sus rasgos, ella notó que el moretón sobre su ojo rojo se había vuelto de un horrible color violeta. Él tenía un nuevo moretón en su oreja, que había estado sangrando la noche anterior.

La marca de la mano era todavía más pronunciada, así como las marcas de mordida en su cuello.

Ella quería llorar ante la evidencia de tanto abuso. Sin embargo, él estaba ahí sentado, tan acostumbrado a esto que ni siquiera hacía un comentario sobre el dolor que tenían que estar causándole.

Lamento tanto haberte apuñalado. Él era tan diferente a lo que había pensado que era la primera vez que lo había visto. ¿Cómo podía haberse equivocado tanto con él?

Pero no había sido completamente culpa suya. A pesar de la legión de insultos y palizas que soportaba, su forma de actuar era fiera y confiada como la de cualquier guerrero o Rey. Él exudaba tanto poder y autoridad que nadie sospecharía que era el saco de boxeo de Noir y, por lo que había visto la noche anterior, el juguete sexual de Azura.

Pero quizás ese era su escudo. Su forma de ocultar su vergüenza. Los mantenía alejados, y en este lugar infernal, probablemente también evitaba que lo lastimaran.

Ese pensamiento le hizo querer rodearlo con sus brazos y abrazarlo fuerte.

Si él la dejara.

Aclarándose la garganta, ella finalmente habló. "¿No dormiste para nada?"

Él negó con su cabeza, pero no elaboró. "¿Tenéis hambre?"

"Todavía no. Necesito despertarme un poco antes de comer."

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora