Capítulo 37

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_____ se rió mientras miraba a Guillermo tratando de entender cómo funcionaba su iPod. Solo él podía verse tan sexi con un ceño fruncido tan pronunciado, mientras usaba unos auriculares negros, que bajaban

por ambos lados de su cabeza.

“Esto también fue hecho por un demonio, ¿no?” Su voz retumbó en la habitación.

_____ le sacó un auricular. “Estás hablando muy fuerte. Siempre deberías sacarte uno para que cuando hables no le grites a la gente accidentalmente.”

“Ah, lo siento.” Él suspiró frustrado. “No entiendo cómo esta cosita puede reproducir música.”

“Bueno, no sólo reproduce música. También podéis usarla para un montón de otras cosas. Acá tengo fotos, juegos, incluso películas.”

“¿Qué tipo de fotos?”

_____ se encogió de hombros. “Tengo algunas de mi casa en Inglaterra.” Ella pasó las fotos del álbum hasta que encontró una de su living, y luego se lo dio para que pudiera verla.

Guillermo estudió el apacible lugar, que estaba decorado en tonos de verde y amarillo. Era muy tranquilo y al mismo tiempo femenino. “Es lindo.”

“A mí me gusta.” Ella pasó a otra fotografía y se la mostró. “Ese es mi parque.”

A él le recordó a una selva. Aun así era sereno e invitante. Para ser honesto, él sentía un poco de culpa por hacer que se quedara en este lugar con él cuando podría estar en su casa en este momento si él no la hubiera secuestrado.

Habría estado a salvo, si no fuera por él.

“Debes extrañarla.”

Sin responder, se inclinó para mostrarle como podía pasar de foto en foto. “Sólo presioná esta tecla y va a ir a la siguiente.”

Él hizo lo que ella dijo, y descubrió más fotografías de su casa y del jardín de su vecino.

Pero cuando llegó a una fotografía de Solin con ella, abrazándose, toda la felicidad dentro de él, murió.

¿Cómo podía haberse olvidado de Solin?

Porque quisiste hacerlo.

Sí, pero eso no lo hacía correcto.

_____ puso su mano sobre la de él. “¿Guillermo? ¿Qué pasa?”

Soy un idiota y un tarado. Eso es lo que pasa.

Más que nada era un tonto.

Guillermo no pudo hablar al principio porque la culpa lo sobrepasó. Cuando se sintió capaz de hablar, la miró con bronca. “¿Cómo pudiste..?”

Ella continuó haciéndose la víctima en esto. “¿Cómo pude hacer qué?”

Guillermo le mostró la foto con Solin. El amor y la alegría en sus rostros… Él se merecía que le dieran una paliza por esto. Nunca debería haberla tocado. “¿Cómo pudiste haber traicionado a Solin después de todo lo que hizo por ti?”

Ella se quedó con la boca abierta. “¿Qué?”

Su bronca se incrementó, ante la indignación fingida de _____. Ella no tenía derecho a estar enojada con él por defender al hombre que ella había traicionado. “Ya me escuchaste.”

_____ estaba tan sorprendida por su interpretación sobre su relación con Solin que se quedó sin palabras.

La mirada de Guillermo se estrechó todavía más. “¿Estás tratando de inventar una mentira para salir de esta?”

El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora