El Guardián [Willyrex&Tú] *Editando*

Capítulo 44

Ahora que Verlyn había sido convocado, él no descansaría hasta tener a ambos encerrados en Azmodea, y si bien podrían huir por un tiempo, serían perseguidos constantemente hasta que cometieran un error.

Y luego ambos terminarían en Azmodea. Tarde o temprano. Sin importar cuánto lo intentaran. No había forma de huir para siempre.

Honestamente a él no le importaba lo que le pasara. Nunca le había importado. Pero lo que le pasara a ella…

Ella lo era todo. Por ella, él pelearía.

Por ella, el moriría.

Y ahora que sabían quién y qué era ella, los Griegos tampoco dejarían de perseguirla. No hasta que estuviera muerta y ya no fuera una amenaza para ellos.

Tampoco Noir. Si algo sabía Guillermo sobre los dioses, era esto.

Y cuanto más profundizaba en sus pensamientos, más se convencía que había una única solución que tenía sentido.

No podéis hacerlo. Noir te va a matar.

Ojalá. Pero Noir no lo mataría. Sólo lo haría desear estar muerto.

Preparándose para lo que tenía que hacer para liberarla, le ofreció una triste sonrisa. “Tengo una idea.”

* * *

Al instante en el que Guillermo entró en la habitación del trono con _____ en sus brazos, todas las peleas se frenaron. Uno por uno, se dieron vuelta para mirarlo con la boca abierta.

Él mantuvo su cabeza en alto, mientras por adentro se sentía tan dolido y frío que no estaba seguro cómo podía moverse.

Tuve que hacerlo. No había otro camino.

Pero saberlo no lo hacía más fácil de soportar. Él así como su padre era un Dios de la Tragedia y el Dolor. Siempre condenado a destruir lo que amaba.

Condenado a no conocer nunca el amor.

Guillermo mantuvo su mirada en los Dioses Griegos mientras llevaba a _____ hasta los Phonoi y Solin, que habían estado peleando unos contra otros. Estaba tan callado ahora, que él podía escuchar su sangre correr por sus venas.

Con la mandíbula por el piso, Maahes bajó sus rayos. La furia brillaba en los ojos del dios, pero Guillermo estaba demasiado ido como para que le importara lo que el antiguo Dios pensara de él. “¿Qué hiciste, chico?”

Guillermo no respondió mientras caminaba, pasando por al lado de Maahes hasta llegar a Solin para poner a _____ a sus pies. “Te dije que la mataría si no volvías. Mantuve mi palabra.”

Con un grito salido de la más honda miseria, Solin le clavó una daga corta a Guillermo en el costado. Con un gesto de dolor, lo empujó y luego se sacó la daga. Él enfrentó a los Phonoi y a los Dream Hunters a su alrededor, y luego tiró el arma. “Todos ustedes pueden parar la lucha ahora. Ella está muerta.”

Los Phonoi se movieron para verificarlo.

Guillermo luchó por mantener la compostura. Pero en su cabeza, todo lo que podía ver era el gesto en la cara de _____ cuando la acuchilló y luego se disculpó por eso. El miedo y la acusación en sus ojos color topacio lo destrozaron.

“¿Por qué?" Le había susurrado, con sus ojos llenos del dolor que él le había causado mientras ella ponía la mano en su mejilla. Él todavía tenía la marca de su sangre en la mejilla. Sin poder responder por la agonía que hacía pedazos lo que quedaba de su alma marchita, simplemente la sostuvo contra él, ahogando su agonía mientras miraba al fuego desaparecer de sus ojos. Cuando ella finalmente se apagó en sus brazos y su mano se alejó de su piel por lo que sería la última vez, él pudo jurar que había muerto con ella.